L D (Agencias) En declaraciones al diario El Mundo , José Luis Rodríguez Zapatero dice que no desea votos “fruto de la guerra de Irak”, sino que pide el voto para el PSOE, “no como castigo al PP, sino como la apuesta de la España que queremos construir”, basada en “una llamada a la unidad del país en sus principios más esenciales”. El secretario general de los socialistas rechaza así las declaraciones del presidente del Gobierno, José María Aznar, en un acto de las “Nuevas Generaciones” del Partido Popular, celebrado este domingo, donde subrayó que el PP es actualmente el único partido que puede garantizar la unidad de España frente a los “juegos malabares” de los nacionalistas y de algunos socialistas, como Pasqual Maragall.
Rodríguez Zapatero también dice en el Mundo que no desea “ver a Aznar sentado en el banquillo, ni en el del Tribunal Penal Internacional ni en ninguno”, porque “ya tuvimos demasiadas experiencias de judialización de la vida política”, en clara referencia a la etapa del Gobierno presidido por Felipe González. “Yo jamás utilizo atajos torticeros ni maniobras vergonzantes para conseguir el poder. Aznar tendrá el respeto que se merece por haber tenido 10 millones de votos. No repetiremos experiencias negativas para este país”, dice Zapatero, para explicar a continuación que su posición “ha sido y es por convicciones propias y por principios”, y que “no cabe la posibilidad de que nadie vea ni cálculo electoral ni estrategia” sino que “es un elemento de credibilidad”.
Sobre los actos violentos contra dirigentes o sedes del PP, Zapatero recuerda que su partido “ya ha condenado y rechazado cualquier tipo de acto violento o intimidatorio contra dirigentes del PP” pero insiste en que “no vamos a aceptar estas denuncias genéricas que perjudican el buen nombre de nuestros compañeros”. En cualquier caso, destaca que “si alguien en el PSOE ha cometido un acto contrario al ordenamiento jurídico, por supuesto que abriríamos expedientes disciplinarios”. Por último, Zapatero responde a las acusaciones de radicalización lanzadas por Aznar y otros miembros del PP asegurando que “no hay ninguna pinza PSOE-IU” y que entre ambas formaciones políticas “hay una relación normal, adecuada”, pero en la que “cada uno lleva adelante su política”.
Rodríguez Zapatero también dice en el Mundo que no desea “ver a Aznar sentado en el banquillo, ni en el del Tribunal Penal Internacional ni en ninguno”, porque “ya tuvimos demasiadas experiencias de judialización de la vida política”, en clara referencia a la etapa del Gobierno presidido por Felipe González. “Yo jamás utilizo atajos torticeros ni maniobras vergonzantes para conseguir el poder. Aznar tendrá el respeto que se merece por haber tenido 10 millones de votos. No repetiremos experiencias negativas para este país”, dice Zapatero, para explicar a continuación que su posición “ha sido y es por convicciones propias y por principios”, y que “no cabe la posibilidad de que nadie vea ni cálculo electoral ni estrategia” sino que “es un elemento de credibilidad”.
Sobre los actos violentos contra dirigentes o sedes del PP, Zapatero recuerda que su partido “ya ha condenado y rechazado cualquier tipo de acto violento o intimidatorio contra dirigentes del PP” pero insiste en que “no vamos a aceptar estas denuncias genéricas que perjudican el buen nombre de nuestros compañeros”. En cualquier caso, destaca que “si alguien en el PSOE ha cometido un acto contrario al ordenamiento jurídico, por supuesto que abriríamos expedientes disciplinarios”. Por último, Zapatero responde a las acusaciones de radicalización lanzadas por Aznar y otros miembros del PP asegurando que “no hay ninguna pinza PSOE-IU” y que entre ambas formaciones políticas “hay una relación normal, adecuada”, pero en la que “cada uno lleva adelante su política”.