LD (Pablo Montesinos) El Partido Popular de Alicante intenta que las aguas vuelvan a su cauce. El pasado domingo celebraba su cónclave provincial, en el que Joaquín Ripoll ganaba por cinco votos de diferencia frente a Manuel Pérez Fenoll, que contaba con el beneplácito de Génova y del presidente de la Generalidad Francisco Camps.
Un congreso, el primero en el que no gana el aspirante oficialista, que estuvo precedido de chantajes y coacciones a los alcaldes cercanos a Ripoll. Así lo denunciaron, en declaraciones a Libertad Digital, los diputados Miguel Peralta y Macarena Montesinos.
En una entrevista concedida a este periódico, el recién reelegido presidente del PP alicantino confirma dichas presiones: "se han producido y han dado como resultado final que he recibido menos votos de los que tenía previstos". Explica que "muchas veces los alcaldes están sometidos a presiones que no se deberían producir" por lo que pide "aprender de ello y no volver a repetirlo".
Su victoria fue vendida por muchos medios de comunicación como un golpe en la mesa de los denominados zaplanistas. Ripoll matiza: "siempre le echan la culpa al pobre Zaplana, eso del zaplanismo o el campismo son deformaciones". Reconoce, eso sí, que es amigo del ex portavoz del Grupo Popular, pero critica que haya quien use esa amistad "como ariete de las presiones" anteriormente citadas.
Durante la captación de avales, asegura que se sintió "un poco sólo" ya que fue un periodo "complejo y muy largo" en el que no recibió el respaldo de las direcciones nacional y regional. Eso sí, puntualiza que tras su victoria recibió una llamada de la vicesecretaria de organización del PP, Ana Mayo, quien se puso "a mi disposición, al igual que yo al suyo". ¿Cómo se encuentran sus relaciones con Francisco Camps? "Las relaciones con el presidente son todo lo fluidas que tienen que ser ya que ser".
Lo importante, insiste Joaquín Ripoll, es "pasar página" y que "finalmente ha triunfado el respeto a los compromisarios de la tierra, de la gente de Alicante, sin ningún tipo de injerencias".
"Estoy intentado recuperar el diálogo con todos mis compañeros, ya he hablado con seis o siete personas, alcaldes, que no me habían apoyado", explica. Primero diálogo y luego "conseguir que todos estemos en la misma dirección". Tiene claro que no quiere ser "presidente de la mitad del partido si no de la gran mayoría".
El agua, tema clave para Alicante
Sin embargo, los problemas en el seno del PP podrían volver a surgir cuando el estatuto de Castilla La Mancha retorne al Congreso de los Diputados. Entonces, el PP alicantino, que aporta a la Cámara Baja siete diputados, estará muy atento a los planes del Ejecutivo, pero también a la postura que tome su propio partido. "Somos muy firmes en la defensa del trasvase Tajo-Segura pero también del derogado Plan Hidrológico Nacional".
Joaquín Ripoll asegura que, si el texto manchego introduce modificaciones en el citado trasvase, "difícilmente nuestros diputados podrían votar eso, como ya hicieron los murcianos". Eso sí, espera que tal extremo no se produzca y que el PP no varíe su discurso porque "en caso contrario perderíamos parte de nuestra historia". "El agua la necesitamos para nuestro desarrollo, que luego repercute en las cuentas del Estado", concluye.