Mucho han cambiado las cosas desde que el líder del PP, Mariano Rajoy, visitó por última vez la Casa de Galicia de Madrid, el pasado mes de octubre, con el caso Gürtel y los insultos de Manuel Cobo a Esperanza Aguirre en todas las portadas.
Hoy las cosas van infinitamente mejor para el principal partido de la oposición, y al jefe se le ve mucho más distendido, e incluso departe campechano con la prensa. Sin embargo, hay chascarrillos que nunca cambian, como lo son las quinielas internas de cara a su hipotética sustitución o aquellos que podrían conformar su futuro Gobierno ahora que todas las encuestas le dan como ganador en unas elecciones generales.
Y junto a él, este jueves, han estado los primeros espadas que más han sonado, y que todavía son utilizados en los sondeos como hipotéticos candidatos del PP a la presidencia del Gobierno: Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón y el anfitrión, Alberto Núñez Feijóo.
Todos juntos, y en compañía de otros tantos dirigentes populares como Manuel Fraga, Ana Pastor o José Manuel Romay Beccaría, han celebrado el Xacobeo 2010 con una fiesta que posteriormente se ha trasladado al Ayuntamiento de la capital. Ninguna pulla en sus discursos, ningún órdago interno.
El que sí ha aprovechado su intervención para meterse con el PP ha sido el ministro José Blanco, el único gallego socialista que se ha dejado caer. El titular de Fomento no ha podido ser más explícito: “las cuestas más empinadas no se superan cargando todo el peso en quien tira del grupo”, dijo, en referencia a la postura del jefe de la oposición con respecto a José Luis Rodríguez Zapatero.
El mensaje envenenado rápidamente pasó a los corrillos. “Ha sido muy maleducado”, se quejó un dirigente popular.