(Libertad Digital) No han acabado las polémicas por el desfile de las Fuerzas Armadas en la Fiesta Nacional. Se cambió la letra del Homenaje a los Caídos para no hacer mención a la bandera y a los muertos y se incluyó la presencia de un representante de la División Leclerq y otro de la División Azul, según Bono, para cerrar heridas de la Guerra Civil. Pero poco después, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se dirigía a la prensa para destacar como novedad que hubieran desfilados los republicanos porque “los otros”, dijo, ya lo hacían de una u otra manera.
Y con este panorama, este miércoles, un día después del desfile, el Gobierno reprocha al embajador de EEUU, Georges L. Algyros, que no hubiera acudido a unos actos en los que su país no estaba representado. Desde el PP, Mariano Rajoy ha arremetido contra la organización, las ausencias de partidos políticos y la exclusión de EEUU.
En rueda de prensa en la sede madrileña del partido, Rajoy calificó de “decepcionante” que haya partidos políticas socios del Gobierno que no asistieran al desfile. Pidió que "además de intentar tener sus votos, el Gobierno debería hacer pedagogía para que estos grupos asistan al desfile de las Fuerzas Armadas". Recordando el desplante que Zapatero protagonizó a la bandera de EEUU cuando todavía era el líder de la oposición, Rajoy se refirió a la ausencia de este país en la parada militar del día 12 de octubre: "Creo que es una equivocación. Estar dando patadas en la espinilla a la primera potencia mundial no sirve para nada. Sirve para hacer una demagogia interna, pero es muy negativo para los intereses generales del país", ha añadido.