Al igual que hizo este martes en el Senado el portavoz del PP, Pío García Escudero, el tema de la pregunta de Rajoy en el Congreso de los Diputados ha sido la política exterior y, en concreto, las relaciones del Gobierno español con los régimenes de los Castro y Chávez, tras la muerte de Orlando Zapata y el auto del juez Velasco que vincula a Venezuela con ETA.
Rajoy recordó que Cuba "sigue siendo una dictadura, con más de 200 presos políticos" y es "el segundo país con más periodistas en la cárcel". Por ello, continuó Rajoy, la UE adoptó "una posición común en 1996" que aplica sanciones a la dictadura, y el Gobierno de Zapatero ha dicho que su "prioridad" era cambiarla, "no en beneficio de los disidentes cubanos, que se oponen a ello".
En relación con el auto del juez Velasco, Rajoy subrayó que la reacción de Chávez es "inadmisible e impropia", por los "insultos a España, al juez, al anterior presidente del Gobierno y a su Gobierno". El líder del PP criticó la respuesta "confusa" y "contradictoria" del Ejecutivo, especialmente "el comunicado conjunto que no explicaba nada y criticaba a la prensa española".
A Zapatero no le gustó que Rajoy incluyese lo que, a su juicio, son "dos temas distintos en una misma pregunta". Se limitó a responder que la defensa de los derechos humanos forma parte de una "lucha universal que es una prioridad absoluta" para el Gobierno.
De Venezuela, el presidente dijo que su Gobierno "practica una política que es no dejar ni un solo espacio de apoyo de comprensión a terrorismo y mucho más a la banda terrorista ETA". "Ha sido así estos años y con ciertos resultados, se ha ido reduciendo el apoyo internacional a ETA, y eso ha contribuido a la debilidad de la banda", apostilló Zapatero. Sobre la reacción de Chávez, Zapatero dijo que "cada vez que ha habido una declaración critica inaceptable ha sido respondido en los términos adecuados, considerándola no tolerable".
"Espero que como tema del estado su posición sea constructiva razonable y con el compromiso del gobierno de darle toda la información que sea necesaria", concluyó Zapatero.
En un tono especialmente calmado, Rajoy recogió el guante y dijo que su posición era "constructiva" pero que la política del gobierno era "absolutamente incomprensible". "Porque quiero ser constructivo", Rajoy pidió a Zapatero que se invite a los disidentes cubanos a la Embajada española el día de la Fiesta Nacional, cómo se hacía hasta la llegada de Zapatero al Gobierno, que exija a los Castro que la Cruz roja visite las cárceles cubanas, que no se modifique la posición común de la UE y que el Congreso
Y respecto a Venezuela, Rajoy pidió la comparecencia de Moratinos y "que se convoque al embajador y se le entregue una nota formal para que quede constancia por escrito" y no la "sensación de que insultar a España es gratis".
Zapatero fue escueto en su respuesta: "Puede usted pedir lo que quiera señor Rajoy".