Rajoy dio a Camps su beneplácito sobre las listas 'manchadas'

Toda confección de listas electorales, explican en Génova, provoca tremendos quebraderos de cabeza. "Hay muchos intereses", y ello se traduce en presiones de todo tipo. Que caiga o entre algún dirigente provoca verdaderos choques entre lasfamilias del PP a fin de ganar peso para los cuatro años venideros.

Hasta aquí lo habitual en vísperas de elecciones, pero lo ocurrido en la jornada del viernes más bien se asemejó a "una guerra", en voz de un miembro de la vicesecretaría de Organización. Su jefa, Ana Mato, era ayer la más requerida. Con Esperanza Aguirre, por ejemplo, no tuvo disimulo al hablar largo y tendido sobre la candidatura de Madrid, en la que sale fortalecida.

Sin embargo, los mayores problemas vinieron desde la Comunidad Valenciana, y más aún desde Alicante y no desde Castellón -en cuya lista se incluyó a Ricardo Costa- como se presupuso los días previos. La sucesión de llamadas telefónicas entre Génova y el PP alicantino deja en evidencia el polvorín político.

Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación -e implicado en el caso Brugal- dio la voz de alarma a Madrid: Francisco Camps intenta "hacer una purga". El SOS ya lo lanzó en la convención municipal celebrada recientemente en Toledo, pero entonces nadie le escuchó. Ayer, el presidente valenciano daba un golpe de efecto e intentó acabar con sus enemigos alicantinos. Ripoll resistió bajo mediación de Génova, pero cayó Gema Amor, que se enfrentó a la dirección del PPCV por Benidorm.

"A todos nos une un sentimiento de indignación" porque la dirección regional "no ha tenido en cuenta absolutamente para nada las propuestas o decisiones del PP de Alicante en la lista autonómica", se quejó la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, en consonancia con los 101 municipios de la provincia, que firmaron un texto en contra.

En Castellón todo fue más relajado, pese a que pesaban las opiniones de miembros de la cúpula nacional en contra de manchados en las listas. Al final, todo salió como se presuponía: "Si a Camps se le dijo que sí, al resto también", apuntó, con pesadumbre, un miembro del grupo de maitines, en conversación con este diario.

La conclusión, contunió, es que Camps ha ido ganando "todos los pulsos" que le ha echado al líder nacional, con quien entre batalla y batalla habló telefónicamente. Nuevamente, Rajoy le dio el espaldarazo y permitió a nueve implicados en casos de corrupción en sus listas; roto queda el Código Ético aprobado en la última cumbre autonómica.

"Camps es un problema, pero la orden de Rajoy es aguantarle y tragar", afirma dicho miembro del Comité de Dirección, que también admite que la de ayer fue "una jornada de locos" en la sede nacional de los populares. Pasadas las nueve de la noche concluyó el Comité Electoral, después de que el PPCV remitiera por fax sus candidaturas a sabiendas de que iban a salir para adelante. Camps vuelve a ganar.