Rajoy acusa a Zapatero de mentir en el Congreso y de hacer a España más vulnerable frente al terror

L D (EFE) Tras toda una jornada parlamentaria, sólo pasada la medianoche del jueves, y en la réplica a Llamazares, Zapatero concretó que el 30 de junio era la fecha tope para que la ONU asumiera el control en la zona y se evitara así el regreso de las tropas. Dijo también que el deterioro de la situación en ese país era tal que, desde el viernes, cuando lograra su investidura, iba a analizar "la mejor respuesta" para garantizar la seguridad de los militares españoles. En el PP sostienen que la decisión ya estaba tomada entonces y que Zapatero no dijo "toda la verdad". "No es creíble que haya tomado esta decisión en 24 horas", ha explicado Rajoy tras conocerse el anuncio.

 

El secretario general del Partido Popular ha reprochado al Gobierno que haya "tirado la toalla" demasiado pronto al anunciar la retirada lo más pronto posible de las tropas españolas en Irak. Y ha expresado sus dudas sobre la verdadera naturaleza de este decisión: "se ha tomado por razones inciertas". El PP ha sido el único que ha denunciado que con el regreso de las tropas, "por sorpresa y con precipitación", el Ejecutivo del PSOE "hace de España un país muy poco fiable ante sus socios internacionales" y "más vulnerable en la lucha contra el terrorismo".

 

Del resto de partidos, sólo el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, se ha mostrado algo crítico al anunciar que espera que el Gobierno dé "explicaciones suficientes del porqué de la precipitación" de la retirada. Los demás grupos, desde Nafarroa Bai a la Chunta, pasando por el CC, el BNG, Izquierda Unida, ERC o el propio PSOE han aplaudido el anuncio.

 

Quien primero lo ha hecho ha sido el portavoz parlamentario de ERC. Joan Puigcercós, cree que de no adoptarse esta medida la diplomacia española se hubiera "visto asediada por los Estados Unidos" para que las tropas se quedaran en Irak y, a partir de aquí, "no había otra solución que la adoptada".

Desde IU, Gaspar Llamazares la ha interpretado como "un buen signo del inicio de una nueva etapa política con la que se siente comprometida Izquierda Unida". Con esta decisión, ha dicho, "se han visto cumplimentadas" las peticiones que realizó IU durante el debate de investidura.