Visiblemente indignado, el líder del PP dijo que la actuación de Interior "ha llevado a intervenir al CGPJ, al TSJPV, a la Fiscalía, al juez de Orihuela, a la Policía. Así no se pueden hacer las cosas". Consideró inaudito que el juez haya tenido que "desmentir a la policía con un comunicado".
Se solidarizó con las personas detenidas sin orden judicial y recordó que él fue ministro del Interior "y se cómo son las cosas. Y estas cosas no ocurrían". "Si la policía es la misma que cuando yo era ministro del Interior, porque son funcionarios, la culpa la tienen los responsables políticos", por lo que anunció que pedirá la comparecencia de Rubalcaba para que explique lo que ha pasado.
"Los responsables no son los policías, son los dirigentes políticos. Eso que ha ocurrido es un espectáculo muy poco edificante". Recordó al ministro del Interior que está obligado a garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos "y en este caso no se han garantizado". "Esto es una democracia seria civilizada", recordó. Rajoy respondía así al presidente del Gobierno, que momentos antes dijo que todo "está en manos de la Justicia", cuando la Justicia no ha estado en esta operación.
Sin embargo, esta operación policial, con un despliegue más propio de la lucha antiterrorista, no pilló por sorpresa la dirigente popular. Según desveló El Mundo este miércoles, el ministro Rubalcaba llamó el lunes por la noche a Mariano Rajoy, horas antes de la detención de Ripoll, para avisarle de lo que iba a suceder.
Rajoy optó por el silencio, como es habitual. El presidente del PP no habló de este asunto hasta este jueves, después de la enorme polémica que ha suscitado. Las reacciones iniciales del los dirigentes del PP fueron de sorpresa e indignación. González Pons, Esperanza Aguirre y Cospedal coincidieron en sus críticas por unas detenciones sin orden judicial y con un despliegue policial impropio de una operación de este tipo.