LD (Pablo Montesinos) No es la primera vez que ocurre y, atendiendo a la pasividad del Ayuntamiento de Barcelona, volverá a repetirse. Los grupos radicales e independentistas catalanes, en clara sintonía con los cachorros de ETA, han vuelto a empapelar con pancartas a favor de los presos de la banda asesina un barrio de la Ciudad Condal. Un hecho insignificante para el Gobierno municipal, que ha optado por mirar para otro lado.
En declaraciones a Libertad Digital, el presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández, ha exigido al alcalde, el socialista Jordi Hereu, "la retirada de oficio y sin complejos" de las pancartas ya que suponen "una clara apología de ETA". "Si ya era grave su permisividad ante los grupos radicales, a los que se les permite barra libre, con esta actitud se agrava aún más", ha recalcado.
Le reclama además que "actúe ante los radicales con firmeza y sin la permisividad de otras ocasiones como moneda de cambio para no provocar incidentes mayores". Asimismo, el dirigente popular ha incidido en que el Ayuntamiento no puede ceder al chantaje.
Sin embargo, el Gobierno local parece no estar por la labor ya que no ha dudado en cederles logística para su fiesta alternativa consistente en terreno para sus carpas, vallas y lavabos. La Plaza de Osca, donde cuelgan enormes carteles a favor de ETA, es el ejemplo más claro de dicha permisividad.
En las pancartas se cita a Laura Riera, Zigor Larredonda y Diego Sánchez, en prisión por colaborar con el grupo Barcelona de ETA, desarticulado en 2000. Estos hechos se producen apenas dos semanas después de que los radicales se manifestaran en las fiestas del barrio de Gracia bajo el lema "Ultrajemos a España".
* Fotos cedidas por el Partido Popular de Cataluña.