No se lo creen ni ellos. La verdad es que están rabiosos por las reformas legislativas emprendidas, aprobadas ya POR UNANIMIDAD en el Congreso y en el Senado tendentes a sacar la Administración de Justicia de las manos de esta casta corporativista y prepotente para convertirla de una vez en un servicio público, a lo que se oponen. Querrían boicotearlas. El que haya entrado en crisis de identidad, al psiquiatra.
Por favor, pónganse en huelga de hambre y llévenla hasta sus últimas consecuencias. Así dejarán de merecer una repulsa unánime y merecerán el aplauso unánime. Gracias, señorías.