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Pumpido ordena investigar a los mandos de la Guardia Civil asturiana por ocultación de pruebas

El portavoz de CiU en la comisión del 11-M, Jordi Jané, no daba crédito a la respuesta. Por ello repitió la pregunta al teniente coronel Rodríguez Bolinaga. "¿Por qué guardo la cinta de Lavandero en una caja fuerte y no la entregó al juez Del Olmo?" El ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil repitió su respuesta: "Desde mi sentido común no tenía valor policial ni judicial, aunque no le niego el valor periodístico". El mismo día, el fiscal general Conde Pumpido ha ordenado abrir diligencias por la actuación de la Guardia Civil de Asturias en la investigación de la trama de explosivos.

El portavoz de CiU en la comisión del 11-M, Jordi Jané, no daba crédito a la respuesta. Por ello repitió la pregunta al teniente coronel Rodríguez Bolinaga. "¿Por qué guardo la cinta de Lavandero en una caja fuerte y no la entregó al juez Del Olmo?" El ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil repitió su respuesta: "Desde mi sentido común no tenía valor policial ni judicial, aunque no le niego el valor periodístico". El mismo día, el fiscal general Conde Pumpido ha ordenado abrir diligencias por la actuación de la Guardia Civil de Asturias en la investigación de la trama de explosivos.
(Libertad Digital) El teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga, cesado como jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Gijón por no haber informado de la cinta en que el confidente "Lavandero" informaba de los planes asesinos de Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro en 2001, ha comparecido este lunes en la comisión de investigación del 11-M.
 
Bolinaga, que según cuenta este lunes en El Mundo Casimiro García Abadillo presume de haber estado a las órdenes del General Galindo en los años más duros en el cuartel de Intxaurrondo, ha reconocido que conoció un informe sobre la conversación del teniente de Información Jesús Campillo con "Lavandero" en el verano de 2001. Sin embargo, Bolinaga no dio la orden de arrestar a Emilio Suárez Trashorras y a Antonio Toro Castro –él le llamó por el apelativo de "Toño"– porque no vio "indicios de terrorismo" y porque agentes de la Policía Nacional estaban investigando los mismos hechos.
 
"A donde llegaba la Guardia Civil ya había estado la Policía Nacional"
 
Para Bolinaga la cinta "no tenía valor judicial, ni policial" porque, según dijo, el confidente "Lavandero" había contactado con la Policía, lo que permitió a este Cuerpo desarrollar la "Operación Pipol", en la que a finales de julio de ese 2001 fueron detenidos Toro Castro y Trashorras. El declarante afirmó que cuando la Guardia Civil investigaba las acusaciones sobre "Lavandero" se encuentra "con un muro", porque "adonde llegaba" el Instituto Armado, "ya había estado la Policía", que inició su investigación en mayo o junio de 2001. El teniente coronel cree recordar que el único dato nuevo aportado por "Lavandero" a la Guardia Civil que no dijo a la Policía fue que tenía un socio al que iba a vender un coche y que quería desprenderse de 400 kilos de explosivos porque la Policía le pisaba los talones. Además, dijo que la Policía ha llevado la investigación del 11-M sin "dejar meter baza" a la Guardia Civil.
 
El ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón añadió que la cinta en la que se grabó la conversación en la que "Lavandero" alertó de que Trashorras y Toro tenían explosivos y buscaban que supiera montar bombas con móviles "no tiene valor policial ni judicial, aunque no niego el valor periodístico". "Valoro que no tiene importancia y ordeno guardar la cinta en una caja fuerte", añadió. Según Bolinaga, la "dichosa" cinta no es más que "un soporte de memoria", cuya presentación ante los mandos no es obligatoria porque lo que "interesa es el informe".
 
"Mi tiempo vale mucho para estar escuchando las cintas"
 
Dijo desconocer cuántas veces más se reunió el capitán Montero (Policía Judicial) con "Lavandero", porque sólo tenía conocimiento de tres encuentros, aunque precisó que la primera entrevista de la Policía Judicial con el confidente se grabó y no se hizo ningún informe, porque no había nada nuevo respecto al realizado por Campillo. Esta segunda cinta no ha sido encontrada y el teniente coronel cree que fue reutilizada para otros fines. En un momento determinado de la comparecencia, el teniente coronel llegó a decir que su "tiempo vale mucho para estar escuchando las cintas", de eso se encargan los agentes que elaboran los informes policiales. Aseguró que de la cinta no se hizo ninguna copia, a pesar de que así lo indica una nota del pasado día 10.
 
También explicó que los dos cuerpos tampoco se cruzaron información sobre la trama de explosivos, a pesar de que la Guardia Civil es el cuerpo competente en este asunto. "Últimamente, Policía y Guardia Civil se enteran de las investigaciones del otro a través de la prensa", reconoció el teniente coronel de la Benemérita.
 
Dio la baja a Campillo por temor a que "hiciera algo con la pistola"
 
Tras los atentados, Bolinaga señaló que oyó decir que Campillo (el agente que grabó la cinta) estaba "deprimido" y aconsejó una baja médica por temor a que hiciera "algo con la pistola" y se negó a devolverle la cinta cuando apareció. En cuanto a Villazón Lavandera, el teniente coronel explicó que hizo pública su denuncia en "El Comercio de Gijón" el 26 de marzo, por lo que tanto el juez como la Policía debían ser partícipes del tema. Ese mismo periódico se dirigió al general Laguna por fax, pero no recuerda haber recibido ninguna instrucción sobre este asunto y se enteró del fax el fin de semana por la prensa.
 
Posible "indefensión jurídica" de los comparecientes

Y mientras Bolinaga hacía estas declaraciones en Madrid, en Oviedo el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, anunciaba la apertura de diligencias a los mandos de la Guardia Civil de Asturias por las irregularidades cometidas en la investigación de la trama de explosivos. Según informa la Cadena SER, Conde Pumpido ha dado instrucciones al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Gerardo Herrero, para que abra diligencias sobre el papel de la Guardia Civil de Asturias en la investigación de la trama de Avilés. La Fiscalía investigará si se ha producido un delito de ocultación de pruebas y obstrucción a la justicia.

La noticia de la apertura de diligencias llegó hasta el Congreso de los Diputados. El presidente de la Comisión, Luis Rivero, preguntó a los letrados de la Cámara si el hecho de comparecer en la comisión no podría provocar una "indefensión jurídica" de los mandos de la Guardia Civil asturiana, ya que todo lo que digan podría utilizarse en su contra. Al final, los letrados consideraron que la decisión del fiscal general no había llegado de forma oficial y por lo tanto el anuncio periodístico no tiene ningún efecto jurídico. Por ello, Rivero ordenó que siguieran las comparecencias de los mandos de la Benemérita asturiana.

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