L D (Agencias) En un artículo del Centre d'Estudis Jordi Pujol, recogido por Europa Press, pidió unos políticos que utilicen bien el poder y los recursos que tienen, "sin sobrelegislar ni sobreactuar". "Es decir, sin hacer ruido por el ruido", añadió.
Para Pujol, los políticos deben responder a necesidades reales y a objetivos claros, pero no a "caprichos, ganas de lucimiento y protagonismo". En su opinión, la seriedad y el sentido del bien común es incompatible con la "cultura del no y con la trabanqueta constante". Según el ex presidente catalán, esta es la actitud que debe tener la clase política en una Cataluña "que no va sobrada ni de recursos ni de facilidades", y que no debe perder el tiempo "haciendo juegos de manos y en un espectáculo vacío".
Argumentó que Cataluña está entrando en una nueva etapa después de años de progreso económica y social, y recordó que el también ex presidente de la Generalidad Pasqual Maragall ya avisó de que se entraba en una etapa de 'Dragon Khan'.
Eso sucede en un momento difícil que combina la crisis económica, las dificultades políticas en Madrid y en Cataluña, y una "cierta desorientación" de la sociedad, indicó, pero aseguró que en Cataluña, los catalanes no son "nuevos ricos", pero tampoco "decadentes".
Pujol aseguró que los nuevos ricos hay que buscarlos en el resto de España, aunque "probablemente por poco tiempo, al menos con la exuberancia que han exhibido hasta ahora". Cataluña, en cambio, sí vive "bajo presión" de España y de la situación global, y trabaja con un "handicap considerable", tanto económico como político, con retos particulares de tipos social y de identidad.
Pese a todo, y después de cometer errores colectivos que han creado un "punto de inflexión" en la autoestima catalana, se mostró convencido de que Cataluña tiene suficientes activos para salir adelante.
Entre ellos, citó una tradición económica sólida, una considerable capacidad de iniciativa civil, una voluntad y experiencia de apertura internacional, sentido de identidad y voluntad de ser, tradición de buena convivencia, una experiencia positiva de ascensor social y los "viejos valores" del trabajo y el esfuerzo personal.