(Libertad Digital) El confidente de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Rafá Zouhier, había denunciado al menos en dos ocasiones a través del diario El Mundo que había recibido presiones y amenazas de agentes de la Benemérita. En la primera de las denuncias dijo que las visitas en las que le presionaron para que no hablara ni con la prensa ni con la comisión se celebraron el 22 y el 23 de mayo.
El Ministerio del Interior evitó pronunciarse sobre este asunto y la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, hizo lo mismo durante varios días. Hasta el día 7 de julio, cuando la máxima responsable de Prisiones declaró que no era necesario investigar la posible visita de tres agentes de la Guardia Civil al preso marroquí Rafa Zouhier porque, según sus registros, estas no se produjeron. Desmintiendo la noticia de El Mundo, Gallizo dijo que "no es cierto" que el confidente policial haya recibido a agentes de la Benemérita durante los pasados 22 y 23 de mayo. Las declaraciones sirvieron de excusa para que el diario El País titulara: “Instituciones Penitenciarias niega las presiones a un confidente que el PP quiere conocer”.
Las pruebas de Zouhier disparan las alarmas
Sin embargo, el 12 de julio Zouhier advierte a través de El Mundo que tiene pruebas y testigos –un educador y cuatro funcionarios de Valdemoro– de las dos visitas de los hombres del coronel Félix Hernando.
Es ese día cuando el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, antes de participar en un curso de verano de la Universidad Complutense, anuncia que un juez de Valdemoro (Madrid) ha abierto a instancias de la Fiscalía una investigación para investigar supuestas amenazas por parte de agentes de la Guardia Civil al confidente Rafá Zouhier. Conde Pumpido dijo que la Fiscalía ha impulsado este procedimiento para averiguar "si hay algo de verdad en las supuestas manipulaciones o amenazas" denunciadas por Zouhier. El fiscal general explicó que el confidente de la Guardia Civil declarará ante el juez de instrucción número 3 de Valdemoro el próximo miércoles.
Tras las declaraciones de Pumpido, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, cree oportuno recordar que fue la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, al frente de la cual está Mercedes Gallizo, la que le comunicó la semana pasada que Zohuier no había recibido visitas en la cárcel de guardias civiles.
Curiosamente, horas después del anuncio del fiscal, Instituciones Penitenciarias también da a conocer un nuevo comunicado en el que admite que varios agentes de la Guardia Civil visitaron al confidente. Gallizo matizó así anteriores comunicados, aunque destaca que esas visitas tuvieron lugar los días 9 y 14 de abril, cuando todavía estaba en funciones el anterior Ejecutivo. Prisiones hace hincapié en que los únicos contactos de miembros de la Guardia Civil con Rafá Zouhier se produjeron antes de que tomara posesión el nuevo Gobierno. Seis días después, el periódico El País titula: “Acebes era ministro cuando la Guardia Civil interrogó a un confidente en prisión”. Por su parte, el adjunto a la dirección del diario, Ernesto Ekaizer, en un artículo titulado “Técnica del golpe de Estado... del 11-M”, escribe: “Dicen que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ve ninguna razón para oponerse a que los confidentes de Acebes –es decir las personas con las cuales hablaba la Guardia Civil durante su etapa como ministro del Interior– sean citados a declarar ante la comisión del 11-M”.