L D (Agencias) "Hasta que la investigación no esté concluida no descarto nada, es prematuro dar conclusiones", afirmó Pereira en unas declaraciones a los periodistas en la presentación de la presidencia portuguesa de turno de la UE, que comienza este domingo. "Ni descarto ni confirmo", recalcó el ministro.
Pereira dijo que tras el descubrimiento en Ayamonte del coche, que había sido alquilado en Lisboa y en el que había más de 100 kilos de explosivos de ETA y otro material para fabricar bombas, las autoridades políticas y policiales de ambos países han incrementado más una cooperación que ya era estrecha. Las autoridades españolas han dicho que el número de kilómetros que el coche hizo desde que fue alquilado en Lisboa descarta que hubiera podido ir a Francia para recoger los explosivos.
El ministro portugués informó de que a finales de julio se reunirá con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para revisar las medidas de seguridad, prevención y la lucha antiterrorista. Pereira añadió que además del debate político hay otro policial entre responsables de los cuerpos y fuerzas de seguridad de España y Portugal.
Pereira dijo que tras el descubrimiento en Ayamonte del coche, que había sido alquilado en Lisboa y en el que había más de 100 kilos de explosivos de ETA y otro material para fabricar bombas, las autoridades políticas y policiales de ambos países han incrementado más una cooperación que ya era estrecha. Las autoridades españolas han dicho que el número de kilómetros que el coche hizo desde que fue alquilado en Lisboa descarta que hubiera podido ir a Francia para recoger los explosivos.
El ministro portugués informó de que a finales de julio se reunirá con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para revisar las medidas de seguridad, prevención y la lucha antiterrorista. Pereira añadió que además del debate político hay otro policial entre responsables de los cuerpos y fuerzas de seguridad de España y Portugal.
Bombas-lapa activadas a distancia
Por otro lado, las investigaciones sobre el vehículo siguen generando datos sobre los etarras de Ayamonte. Al parecer, portaban en el coche una quincena de imanes y un radio mando para fabricar bombas-lapa de activación a distancia, así como dos móviles, uno de ellos adquirido hace unos meses en Sevilla, lo que indica la presencia del grupo en Andalucía desde esas fechas.
En el maletero del coche, los guardias civiles encontraron además 100 kilos de nitrato amónico, 15 de polvo de aluminio, 10 temporizadores y 8 detonadores. Además, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista, en el coche se hallaron una quincena de imanes, utilizados por ETA para adherir bombas-lapa a los bajos de los vehículos de las personas a las que quieren asesinar.
El hecho de que no hubiera dispositivos de mercurio, utilizados para que las bombas-lapas se activen con el movimiento del vehículo, y sí un radio mando indica que los terroristas contaban con la posibilidad de activar esos artefactos a distancia. Además, con todo ese material, los terroristas podrían haber optado entre más opciones, desde fabricar un gran artefacto explosivo a confeccionar otros más pequeños, en cualquier caso con un temporizador que les permitiera elegir la hora en la que iba a explotar.
El análisis de la documentación encontrada en el Ford Focus ranchera que abandonaron los etarras no ha permitido, por el momento, determinar los objetivos que sopesaban. En el coche había un mapa de carreteras de Andalucía y un plano de Sevilla, pero ninguno de ellos contaba con marcas que permitiesen apuntar hacia un objetivo concreto. Además, los terroristas olvidaron un ordenador portátil que aún no ha podido ser descifrado, precisaron las fuentes consultadas por Europa Press.
Lo que sí se ha podido determinar es que habían recorrido 731 kilómetros con el vehículo desde que lo alquilaran dos días antes en una empresa de Lisboa, informaron a Europa Press fuentes de la investigación. Este es el dato con el que contaban los investigadores de la Guardia Civil para descartar que los terroristas se hubieran desplazado al sur de Francia o al País Vasco para recoger el material explosivo y encaminarse al sur de Portugal, apuntando a que antes de la precipitada huida les había sido entregado en algún punto del interior de España.