L D (Agencias) La sesión se inició con algo de retraso respecto a la hora prevista –las 10,00 horas– y los diputados y líderes parlamentarios han ido llegando progresivamente al hemiciclo, con la circunstancia de que los dos protagonistas de la sesión, Pasqual Maragall y el presidente del PPC, Josep Piqué, entraron casi al mismo tiempo. El debate comenzó con el portavoz del grupo popular, Francesc Vendrell, y lo hizo leyendo el diario de sesiones del pleno del pasado día 24 de febrero, en el que Maragall acusó a CiU de haber cobrado comisiones del 3% en la adjudicación de la obra pública y posteriormente retiró sus palabras al advertir Artur Mas que podría estar "tirando la legislatura a la puñeta".
El portavoz parlamentario del PPC dijo que su partido ha presentado la moción de censura para "clarificar" la polémica del "tres por ciento" y porque ve al gobierno catalán "sin acción, sin actividad" y con "contradicciones" internas. En la intervención de media hora que ha abierto el debate, calificó de "lamentable" el intercambio de palabras entre Maragall y Mas. El dirigente popular, que criticó que "se hace chantaje en nombre de Cataluña, en nombre del Estatut y en nombre de la convivencia de todos", aseguró que "realmente nos jugamos el futuro, y lo que es más grave, se acepta", en alusión a la respuesta de Maragall.
"No hay ninguna estrategia en función de no sé quién (...), ¿o es que alguien de Madrid ha diseñado lo sucedido en el Carmel?", se defendió Vendrell de las críticas vertidas por el resto de partidos políticos al PPC desde el pasado viernes, día en que se presentó la moción de censura. Recordó que el tripartito había prometido aprobar en esta legislatura 35 proyectos de ley, de los que sólo han salido adelante cinco y seis más están en trámite. "Si no me fallan las matemáticas, me faltan 24", ironizó. "No quiero hablar de Bracons (el túnel de Bracons), ni del Cuarto Cinturón, ni de la línea de alta tensión", dijo al tiempo que subrayó que estos proyectos son "una demostración de las discrepancias en el seno del gobierno" y "de que la gran obra pública que necesita Cataluña no se hace". "No queremos acuerdos de país que intenten tapar los temas y queremos parlamentarizar la vida política catalana, no queremos judicializarla", sentenció, antes de remarcar que "no queremos volver al oasis catalán".
A continuación de Francesc Vendrell, ha tomado la palabra el conseller en cap, Josep Bargalló (ERC), que ha descalificado la moción de censura del PP. Bargalló atribuyó la moción de censura a un intento de "dividirnos, debilitarnos como país y como sociedad", que pretende "dar argumentos a quienes se oponen" a un aumento de autogobierno de Cataluña y una mejor financiación. Defendió la "gran cohesión interna" del tripartito, aseguró que se acabará la legislatura pese a las andanadas de la oposición contra un Gobierno que "hace de la transparencia un arma democrática".
A continuación, el líder del PPC, Josep Piqué, dijo que el presidente catalán estaba "prácticamente acabado" políticamente tras las últimas autonómicas, que ahora "es el problema, no la solución", y que "hace de reina madre, con la diferencia de que las reinas madres no hablan". En su primer cuarto de hora de intervención, Piqué lanzó un profundo ataque dialéctico contra Maragall, al que acusó de ser un presidente "débil", "condicionado" y "atrapado" por sus socios de gobierno –ERC e ICV–, que "lo que quieren es sustituirle lo antes posible" al frente de la Generalidad. "No manda, no coordina", sentenció el presidente del PPC en referencia a Maragall, que, a su juicio, "no es un buen presidente, es un mal presidente", además de ser una "losa" para el PSC y para el PSOE, así como "el problema, y en absoluto la solución". En esta línea, criticó sus declaraciones en los últimos días –sus alusiones al "3 por ciento" o a que su gobierno se siente como una mujer maltratada– y le espetó que "usted hace ahora de reina madre, con la diferencia que las reinas madres no hablan".
Asimismo, destacó que "este gobierno no gobierna" y que "hay consellers absolutamente desconocidos por la opinión pública" debido a que, algunos, tienen un perfil "demasiado bajo" para ejercer su cargo. Piqué consideró "inútiles" los argumentos de Bargalló, que remarcó que el gobierno catalán está cohesionado, y le contestó que "cohesión, más bien poca", además de señalar que "falta un impulso real de los grandes temas".