L D (Europa Press) Josep Piqué consideró que "es difícil imaginar un texto jurídico y político hecho no ya desde la indiferencia con la idea de España y de la España constitucional, sino hecho incluso desde la hostilidad y desde la desconfianza. Todo el redactado del proyecto de Estatuto, lo que transmite, lo que transpira, es una profunda hostilidad, la desconfianza del legislador catalán respecto a la idea de España, y eso se nota, y por esta razón desde el resto de España no ha habido la más mínima simpatía y solidaridad con el proyecto".
En su intervención en el Club Siglo XXI de Madrid, añadió que con la reforma estatutaria emprendida, la política ha convertido en un "problema real" una "cosa que no lo era". "Nunca como ahora la imagen de Cataluña había sido tan negativa en el resto de España. Nunca como ahora el alejamiento emocional entre muchos ciudadanos de Cataluña y los ciudadanos del resto de España había sido tan amplio. Nunca como ahora la diferencia de percepciones respecto a temas muy importantes de la opinión pública del conjunto de España había sido tan intensa y profunda", apostilló.
En este contexto, apuntó que el Estatuto "nada viene a resolver" puesto que, a su juicio, sólo "complica todavía más" la respuesta necesaria "a los auténticos retos de presente y futuro". "Es un nuevo obstáculo que se añade a los miedos al cambio, a la resistencia a la adaptación de los nuevos tiempos –argumentó–. Es un mecanismo obsoleto defensa ante la realidad. ES un retorno al pasado. Una antigualla". "Y yo quiero para Cataluña y para España políticas modernas. Del Siglo XXI: Adaptadas a lo que, de verdad, nos estamos jugando. No quiero hablar más de 1714. Quiero hablar de 2014. Quiero hablar de los derechos de las personas de hoy y de mañana y no de los derechos históricos. Prefiero los derechos individuales a los colectivos. Prefiero la libertad", prosiguió.
Dicho esto, auguró que el nuevo Estatuto catalán resultará "contradictorio y ambiguo", dado que permitirá "todo tipo de interpretaciones" y que en función de quién lo vote "se dirá que dice una cosa o la otra". "Unos dirán que el Estatuto reconoce inequívocamente la personalidad de Cataluña como nación y que es un avance histórico indiscutible y los otros dirán al mismo tiempo que al final este tema ha quedado absolutamente resuelto y que el artículo 2 de la Constitución sigue vigente e inatacable", resaltó.
Bajo el punto de vista de Piqué, se abre "un periodo nuevo de conflictos" y "no se está consiguiendo" que las instituciones políticas de autogobierno en Cataluña se "adapten" a las nuevas circunstancias. "No se está consiguiendo –reiteró–. Todos sabemos que hay centenares de miles de ciudadanos de Cataluña que no están de acuerdo con el Estatut". "Aquello que hasta ahora era un instrumento de cohesión y de unidad en torno a nuestras instituciones, se puede acabar convirtiendo en unas instituciones políticas que sólo serán muchos pero ya no de todos y que provoque que centenares de miles de ciudadanos se sientan alienados de nuestras instituciones políticas", enfatizó.
Según dijo el presidente del PP catalán, el texto que pasa ahora a Comisión Constitucional del Congreso tampoco resuelve el encaje de Cataluña en España ni da satisfacción a las reivindicaciones del mundo nacionalista. Así, recordó que CiU "ya está diciendo que este Estatuto es sólo un paso más" y que su "horizonte reivindicativo" pasa por llegar algún día a lo que aprobó el Parlament de Catalunya en septiembre mientras que, ERC, "dice que ni tan solo esto, que lo que se está haciendo no sirve y que seguirán cuestionando el marco existente".
Piqué concluyó diciendo que "el resultado es profundamente decepcionante. Hemos pasado de tener unas instituciones compartidas por todos y sentidas como comunes a tener unas instituciones que serán de unos cuantos y que no tienen vocación de permanencia, ya que son cuestionadas por los mismos que han llegado a un acuerdo, desde el punto de vista de su temporalidad. Cataluña necesita abrirse, no cerrarse, salir, no quedarse en casa, ser autocríticos y conscientes de las limitaciones y necesidades y no quedarse y no quedarse autosatisfechos y prepotentes pensando que siempre se tiene la razón y que los otros no entienden a los catalanes".