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PERFIL: Murillo, la juez que puso a Otegi en su lugar

Magistrada por vocación, sus comentarios durante el juicio a Otegi le hicieron ganar gran popularidad.

Sencilla, campechana, bromista y extremeña por los cuatro costados. Así es la juez Ángela Murillo, la actual presidenta de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional cuyos elocuentes comentarios durante la celebración del juicio a Arnaldo Otegi por el homenaje al preso de ETA Sagarduy le hicieron salir del anonimato hasta convertirse en la jueza de moda. Prueba de ello es que cuenta con un grupo en la red social Facebook con más de 6000 seguidores. Su "por mí como si quiere beber vino" a Otegui o "la Sala no ha entendido ni papa" acapararon titulares de prensa, radios y televisiones en enero de 2010.

Más allá de lo anecdótico, Murillo fue la primera mujer que entró a formar parte de la Audiencia Nacional en 1993 y también fue la primera fémina en presidir una de las secciones de su sala de lo Penal. Nació en 1953 en Almendralejo (Badajoz) –su acento lo atestigua- y tras licenciarse en Derecho ingresó en la Carrera Judicial con 27 años. Lo suyo -dice- es vocacional.

Es una de las magistradas con más experiencia de la Audiencia y ha formado parte de diferentes tribunales encargados de juzgar destacados casos. Cuando la nombraron presidenta de la Sección Cuarta de la AN en 2008 dijo que su principal objetivo era lograr que "las sentencias sean sólidas y basadas en pruebas debidamente concatenadas".

Ha sido ponente en juicios como el de la operación Nécora (1993-1994), el caso UCIFA (Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga), el del clan de los Charlines; el de Argentia Trust, sobre la organización terrorista islamista GIA (1999), la Operación Temple (2002), el proceso contra Al Qaeda o, más recientemente, el juicio por el secuestro del Alakrana (2011).

Además, intervino en el "macrojuicio", que comenzó en Madrid el 21 de noviembre de 2005, para juzgar a 56 presuntos miembros de los aparatos político, financiero, mediático e internacional de ETA. El proceso, conocido como "18/98", finalizó el 19 de diciembre de 2007 con la condena de 47 de los procesados por integración o colaboración con banda criminal.

Ángela Murillo ha declarado en más de una ocasión que se considera totalmente autónoma e independiente; que jamás me metería en política. Dice que la judicial es la carrera más bonita del mundo aunque a veces te dan algún que otro disgusto como el de este miércoles cuando el exportavoz de Batasuna ha pedido su recusación.

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