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Peces Barba: "Si hubiera que premiar la mayor degeneración, sin duda, Esperanza Aguirre"

El catedrático Peces Barba vuelve a deleitarnos este viernes con un artículo en El País sobre cómo debe hacerse una oposición desde el respeto y la educación, y lo hace en el tono "ponderado" y "educado" que le caracteriza, premiando "la mayor degeneración" de Esperanza Aguirre.

Para Peces Barba No vale todo para hacer oposición, tal y como titula su artículo de este viernes en El País; por el contrario, sí que parece que para oponerse a los opositores valen más cosas, desde la mentira muy poco disimulada hasta "premiar" a la presidenta de la Comunidad de Madrid: "Si hubiera que premiar la mayor degeneración, sin duda doña Esperanza Aguirre obtendría el primer premio".

La tesis de Peces Barba no sólo es que el PP hace una oposición en la que "todo vale", sino lo que todavía es más sorprendente, que "nunca el PSOE ni sus dirigentes han tenido un comportamiento similar cuando estaban en la oposición", frase bastante sorprendente pero no tanto como la siguiente del artículo: "En temas de terrorismo o de relaciones internacionales siempre se apoyó al Gobierno del Partido Popular, sin reticencias ni fisuras". Parece ser que todo lo relacionado con la II Guerra de Irak no tiene que ver con las relaciones internacionales.

Y es que, según Peces Barba, las críticas del PSOE "fueron siempre mesuradas y nunca alcanzaron perfiles de la dialéctica amigo-enemigo", aunque un observador menos atento que el catedrático quizá sí pudiese vislumbrar algo de esa dialéctica en los ataques a más de 300 sedes populares tantas veces justificados cuando no alentados y, desde luego, jamás criticados o deslegitimados por dirigentes socialistas.

Dolido con los populares

Peces dedica buena parte de su texto a dolerse por las críticas que recibió en su época cómo Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, que él relaciona no con su sectarismo o CON como abandonó cuando no persiguió a las propias víctimas, sino porque el PP interpretó que "ese cargo, con sus dimensiones siniestras y destructivas de los terroristas, y nobles e inocentes de las víctimas, estuviera vedado a cualquiera que no fueran ellos".

Porque, según Peces, aunque aquella "fue una época fructífera y se arreglaron muchos problemas" el pobre catedrático no recibió más que injustas críticas: "Me crucificaron, (…) insultos, mentiras y calumnias, descalificaciones, campañas de acoso y denuncias malintencionadas, jalonaron mis dos años de trabajo, sin darme tregua".

No, no es que Peces Barba esté en contra de que se critique al Gobierno, "no se trata de considerar intocable al presidente Zapatero, ni a sus equipos, ni a sus programas" y él mismo presume de haber "sido crítico y duro con el presidente". Eso sí, siempre dentro de un orden, no como los protagonistas de esa campaña "mezquina, por injusta y desmesurada", que cree "un deber denunciar".

Recadito al TC

Después de este catálogo de quejas, Peces Barba da un giro a su artículo para terminar recomendando al Constitucional que recoja "la actitud más conciliadora posible y tratar de acercar posiciones" en la sentencia sobre el Estatuto de Cataluña.

La "profunda" explicación jurídica de esta recomendación debe ser leída con atención: "En lo posible, salvo en los casos insalvables, debe hacer una sentencia interpretativa y favorecedora de la integración para que [los catalanes] sean conscientes de que España y su cultura política y jurídica mantienen los brazos abiertos y el cariño intacto".

Y como broche de oro del artículo, un párrafo para el recuerdo, digno casi de los mejores tiempos del NO-DO, cuando España era crisol de culturas: "No todo vale, sobre todo, no vale lo que distancia a los pueblos de España, nación soberana, de naciones culturales y de regiones".

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