Otamendi exige a Ibarretxe en Andoain que la Ertzaintza le proteja de la Guardia Civil

(Libertad Digital) ETA y Batasuna siempre ha tenido como una de sus prioridades –lo constatan los atentados– echar a la Guardia Civil del País Vasco. Desde que el juez Del Olmo ordenó el cierre cautelar del diario Egunkaria por considerarlo otro brazo de la banda, la estrategia contra esta fuerza de seguridad del Estado ha cobrado intensidad. Como recordó el ministro del Interior, Ángel Acebes, ETA siempre aplica el manual, es decir, cuando hay detenciones lo mejor es denunciar torturas porque ralentiza el proceso y se convierte en noticia. Pero hace tiempo que esa vieja táctica etarra ha dejado de tener efectividad porque médicos y forenses levantan acta de las detenciones y hasta examinan periódicamente a los detenidos. Este ha sido el caso en la operación de cierre de Egunkaria.

Anasagasti se suma a la estrategia

Sin embargo, Marcelo Otamendi sostiene que le han torturado y lo proclama en múltiples entrevistas en la radio y en los periódicos que le reclaman. Dice que tiene “miedo físico” y ofrece detalles de cómo le colocaron una bolsa en la cabeza o le hicieron permanecer desnudo y de cuclillas, le golpearon y le amenazaron con perseguirle eternamente. Al mismo tiempo, Arnaldo Otegi aprovecha una visita del Rey a Zierbana (Vizcaya) para llamarle, en su condición de responsable último de la Guardia Civil, “jefe de los torturadores”. El problema es que el PNV se suma ya abiertamente a la estrategia y su portavoz parlamentario, Iñaki Anasagasti, se cree a pie juntillas el relato de Otamendi y le pide cuentas al ministro del Interior. Llega a reconocer que, puestos a elegir, el director de Egunkaria es más creíble que Acebes.

Se abren pues, dos procesos: por una lado, la Fiscalía de la Audiencia Nacional anuncia que presentará querella contra Otegi por injurias al Rey. Por otro, Interior emprende acciones legales contra Anasagasti por la grave acusación carente de todo fundamento contra la Guardia Civil.

Y en este contexto, el propio Ibarretxe aprovecha también la visita del Rey y, en su presencia, dice que está bien acabar con ETA pero que también es intolerable el recorte de libertades en el País Vasco. Un día después se reúne con los representantes de Egunkaria y, a juzgar por el agradecimiento y optimismo de sus trabajadores, les promete que estará de su lado. El director Otamendi, centrado en las torturas más que en su periódico, llega a exigir al lehendakari que use a la Ertzaintza para evitar los atropellos de la Guardia Civil. Y todo esto ocurre cuando se sabe que Joseba Pagazaurtundua dejó escritas dos cartas en las que reconocía que el único consejo que recibió al sentir cercano su asesinato fue “no te dejes ver tanto”. Se lo dijo un mando de la Policía Autonómica.

El “miedo físico” de Otamendi y el asesinato de Pagaza

Este viernes, en una comparecencia pública en Andoain, Marcelo Otamendi ha dicho: "Quiero oír decir al Gobierno vasco que en la próxima operación policial que se desarrolle en Euskal Herria voy a mandar a 250 ertzainas". Se pregunta "si se pueden destinar 250 ertzainas" a evitar torturas. Y lo hace en Andoain (sede del diario), donde Joseba Pagaza, forzosamente trasladado, clamaba por que le protegieran, no de la Guardia Civil sino de ETA. Balza niega haber tenido noticias de las cartas y hasta de la situación angustiosa de la familia Pagaza.

Otamendi sigue con su burla y pide a las instituciones que lleguen a "un acuerdo de mínimos para erradicar la tortura" y preguntó "dónde está el umbral". Y añade, "al hijo o hija de qué político tienen que torturar, qué sede de partido político tienen que cerrar, qué periódico o medio de comunicación tienen que cerrar".