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Oportunamente ausentes, por Mercedes R. Martín

Por suerte para ambos, no hubo en esta sesión de control encontronazo entre Zapatero y Rajoy. El presidente del Gobierno, en Bruselas, evitó así hablar de nuevo del paro. El líder del PP, mientras, pudo evitar preguntas incómodas sobre Galeote. Tampoco otros quisieron hablar del tema.

L D (Mercedes R. Martín) El Congreso volvía este miércoles a la plena normalidad tras las visitas internacionales, unas más mediáticas que otras. El PSOE afrontaba la sesión de control tras la derrota parlamentaria de este martes, y el PP llegaba a la Cámara tras conocerse, por fin, los nombres de las listas europeas.

Las ausencias de Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, que se reunía con la Comisión Europea en Bruselas, deslucieron la sesión. El líder del PP, además, tenía la excusa perfecta para ausentarse de un pleno donde la pregunta obligada de los periodistas iba a ser sobre Galeote y el caso Gürtel. Tras semanas defendiendo su inocencia, el eurodiputado no está en las listas para alivio de parte de las filas del partido. Rajoy iba a tener la ocasión de aportar, si quería, detalles sobre esa conversación en la que Galeote, cuenta el PP, renunció a la candidatura. Los protagonistas pasaron así a ser otros: los ministros que se estrenaban, como Manuel Chaves o José Blanco, o Cristóbal Montoro, cuyo nombre estuvo en buena parte de las interpelaciones por distintos motivos..

Sí tuvo que hablar del paro María Teresa Fernández de la Vega, que respondió a Soraya Sáenz de Santamaría acusando al PP, como siempre, de intentar “sacar tajada” de la crisis y de buscar el “titular facilón”. “Mucha pasión por el voto y poca pasión por la gente”, dijo en alusión al 7-J, la fecha de fondo en cada intervención de Gobierno y oposición. Y no podían faltar las menciones a la Operación Gürtel: “Les crecen los bigotes”, le espetó a la portavoz popular.

Otro asunto clave para el Gobierno y el PSOE, con un equilibrio cada vez más precario en la Cámara que ya se traduce en votaciones perdidas, fue el de la financiación. Los socialistas buscan apoyos, y se nota. A ello se entregó Manuel Chaves en su estreno en la Cámara. A Joan Ridao, le prometió, nada más y nada menos, que el Gobierno “cumplirá con el Estatuto en todos sus términos”. Parecía olvidar, como le recordó el republicano, que sobre él pende “la espada de Damocles” del TC, que sigue sin pronunciarse sobre un texto clave para la futura cohesión de España.

Después, el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, tuvo después ocasión de recordarle al andaluz uno de sus méritos al frente de Andalucía: ha dejado la región con un paro de un millón de personas. En opinión del popular, es el ejemplo más claro de que los socialistas, por donde pasan, “destruyen empleo”. Chaves vio necesario recordarle que “ya ha dejado de ser el presidente de la Junta”.

Protagonista involuntario de la sesión, Montoro trató después de intervenir de nuevo cuando se le criticó desde la bancada socialista, en otro momento de la sesión. José Bono, que un día antes permitió insultos de Tardá a Pedro J., Jiménez Losantos y hasta el Rey, no permitió en esta ocasión que el popular volviera a tomar la palabra porque, según dijo, el reglamento sólo lo autorizaba en caso de difamación en alguna de las menciones. Montoro, documento en mano, se quejaba después en los pasillos.

Pocos más asuntos, aparte de este, quisieron tocar los diputados populares, más esquivos de lo habitual ante la prensa. Soraya Sáenz de Santamaría, tras un momento de vacilación, decidió pensárselo mejor al ver las cámaras preparadas para tomarle declaraciones y salió del hemiciclo sin responder a los periodistas.

Los beneficiados de la situación fueron los representantes de la Plataforma de Transportistas de Madrid, con los que se toparon los periodistas en busca de Soraya. Hablaron de Blanco, y lo hicieron para desmentir las buenas palabras del ministro en su estreno. No se han reunido con él sino que se han limitado a transmitirle sus propuestas, que no son “anticomunitarias”, como había dicho minutos el titular de Fomento.

Unas críticas casi tan rápidas como las recibidas por Ángeles González-Sinde a las horas de llegar al poder. El PP se lo reprochó en la Cámara atribuyéndole el dudoso honor de ser la ministra más criticada en menos tiempo. A otro récord, el de las previsiones fallidas, podría aspirar el titular de Trabajo, Celestino Corbacho, que augura cifras del paro más “amortiguadas”, como explicó a LD en los pasillos de la Cámara. Habrá que verlo.

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