L D (Agencias) El barril de cerveza cargado con 30 kilos de amosal o amonal que la Ertzaintza ha encontrado en un camino vecinal de Guecho (Vizcaya) constituía un artefacto explosivo al que restaba instalarle el sistema iniciador para que pudiera estallar, informaron a Europa Press fuentes próximas a la investigación. Los componentes explosivos estaban ya mezclados y se les había adherido el cordón detonante.
El tipo de sistema iniciador que fuese a ser colocado en la bomba resulta fundamental para conocer el objetivo de los terroristas, ya que al detonador puede ir unido un temporizador o un receptor de frecuencia. En el primer caso, los terroristas podrían programar la carga para una hora determinada y avisar antes de su explosión, pero la colocación de un receptor implicaría que iba a ser detonado a distancia y, entonces, la bomba podría ir dirigida contra un objetivo concreto.
Entre los investigadores persisten las dudas de si se trataba de una entrega o si la bomba había sido colocada en un camino vecinal del barrio de Andra Mari-- una zona residencial de alto poder adquisitivo en la que viven muchos empresarios-- para ser explosionada allí mismo. El recipiente elegido por los terroristas, un barril de cerveza, podría haber sido elegido para ayudar a disimular la bomba.
Según el Departamento vasco de Interior, un vecino de la zona avisó durante la mañana de hoy a la Policía Local de Getxo de la existencia de este objeto sospechoso que, al parecer, él mismo detectó ya durante la jornada de ayer. Trasladados al lugar agentes municipales constataron la existencia del objeto y, en previsión de que pudiera tratarse de un artefacto o de un depósito de explosivos procedieron a poner el hecho en conocimiento de la Ertzaintza.
Las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press sospechan de que la banda tiene, al menos, dos grupos de etarras no fichados sin vinculación entre ambos actuando en la provincia de Vizcaya y coordinados por uno o más pistoleros de la banda terrorista.
La última acción terrorista cometida por ETA en Guecho tuvo lugar el 11 de noviembre pasado cuando dos individuos colocaron sendas bombas en los juzgados de la localidad vizcaína. La banda avisó de la colocación de una de ellas, dejando la segunda como bomba-trampa que no llegó a estallar. La manipulación posterior del detonador en dependencias de la Ertzaintza causó la amputación de varios dedos a uno de sus agentes. La Policía autonómica atribuyó la acción a etarras Arkaitz Goikoetxea y Jurden Martutegi.
La última acción terrorista cometida por ETA en Guecho tuvo lugar el 11 de noviembre pasado cuando dos individuos colocaron sendas bombas en los juzgados de la localidad vizcaína. La banda avisó de la colocación de una de ellas, dejando la segunda como bomba-trampa que no llegó a estallar. La manipulación posterior del detonador en dependencias de la Ertzaintza causó la amputación de varios dedos a uno de sus agentes. La Policía autonómica atribuyó la acción a etarras Arkaitz Goikoetxea y Jurden Martutegi.