El fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, ha sido el autor de la invitación a Baltasar Garzón de unirse a él en un órgano creado en 2002 con el objetivo de investigar delitos de guerra y genocidios y que tiene como premisa básica el de la "justicia universal", esa que tantas veces ha invocado el juez estrella en sus mediáticos procesos.
Quizás consciente de ello, Moreno Ocampo ya veía a Baltasar Garzón como ideal para el puesto que ahora le ofrece hace mucho tiempo. El jurista argentino, que destacó en procesos contra los miembros de las Juntas Militares de su país o contra la corrupción de los Gobiernos de Medem, decía hace siete años, poco después de acceder a su cargo en La Haya, que le encantaría tener de compañero a Garzón.
En una entrevista en El País de 2003, el fiscal hablaba de Garzón como "un genio, un tipo impresionante" y apuntaba, incluso, que "en Harvard se estudian sus casos". "Garzón merece el reconocimiento ahora que está vivo", insistía Ocampo tras enumerar que fue el primero "que se enfrentó a ETA, que armó el primer caso de jurisdicción universal"...
Preguntado directamente por el diario sobre si Garzón podría llegar a incorporarse a la Corte Penal Internacional, tal y como ahora está a punto de ocurrir, Ocampo añadía: "Garzón sería perfecto, irremplazable como fiscal especial. Para cada situación que yo tenga que investigar voy a nombrar un fiscal especial que maneje el caso. Y Garzón sería perfecto para eso".
Entre nuevos elogios –"está marginado por la élite", "es un tipo independiente"–, Ocampo también confesaba que ya le había tentado: "Sí, sí, Baltasar quiere hacer algunas cosas afuera. Yo no pude proponerlo a él como fiscal adjunto mío, pero hablé con él de otras posibilidades". Posibilidades que ahora el juez sí quiere aprovechar.
Unos años más tarde, en 2007, esa admiración que tan profusamente expresó Ocampo en la entrevista cristalizó en una invitación de Baltasar Garzón a España. El fiscal fue uno de los invitados del juez estrella en las jornadas que estaba organizando con el patrocinio de La Caixa y la Cátedra Rey Juan Carlos de la Universidad de Columbia.
Ocampo participó en un coloquio en Madrid con el propio Garzón y con Cándido Conde Pumpido. Una charla que discurrió plácidamente hasta que el fiscal argentino tocó uno de los temas clave de esa época: la negociación con ETA que estaba en marcha. Se preguntaba Ocampo si el principio de Justicia Universal justificaría una intervención si las conversaciones implicaban la impunidad de los etarras. Incómodos, sus dos compañeros descartaron que el "proceso" pudiera tener esa consecuencia. Moreno Ocampo, mientras, defendía que no puede haber impunidad para los terroristas.
La amistad entre ambos y la admiración del fiscal por Garzón llega hasta hoy, como demuestra la oferta ahora aprovechada para huir a La Haya y evitar salir por la puerta de atrás de la Audiencia Nacional. El propio Ocampo ha dicho este mismo martes que le esperan con los brazos abiertos "en cuanto pueda venir". "Yo, por mi posición, tengo el privilegio de poder invitar a la gente más prestigiosa del mundo y para esto he elegido a Garzón", ha apuntado. Y confirmaba que llevaba "años" pidiéndole que trabajara con él: "Ahora llegó la oportunidad y la aproveché". El destino del juez, según su futuro jefe, será asesorarles en un manual "para tratar crímenes de Estado", por los conocimientos específicos del magistrado. Lejos, muy lejos, del que hasta ahora era su juzgado y del Tribunal Supremo que le ha sentado en el banquillo.