L D (EFE) Como cada lunes, José Blanco compareció en la sede socialista de Feraz al término de la Comisión Permanente de la Ejecutiva socialista para dar el titular del día y dijo que las víctimas civiles de los ataques de Israel no son "daños colaterales" sino un "objetivo buscado". Unas graves acusaciones que provocaron la respuesta del embajador israelí en España. Víctor Harel reconoció estar "realmente atónito" con el PSOE y calificó las palabras del números dos del PSOE como "lo más infame" que ha escuchado desde el inicio de la crisis.
El propio Blanco tuvo que salir a matizar sus palabras y reinterpretarlas. Dijo entonces, manteniendo el fondo de sus acusaciones, que el "sentido" de sus afirmaciones fue el de que la "desproporción con que Israel ha respondido a los ataques terroristas de Hezbolá provoca inevitablemente la muerte de civiles".
Contra las "interpretaciones inadecuadas"
Un día después ha sido el responsable de la Comunicación del Gobierno el que también le ha reinterpretado. En la Ser, Fernando Moraleda ha dicho que las palabras de Blanco "tienen que valorarse en su justa medida" y ha preferido quedarse con lo dicho hasta ahora por el presiente del Gobierno o la vicepresidenta primera. Según el secretario de Estado de Comunicación, ambos han sido "muy explícitos". De hecho, Zapatero llegó a comparar a Israel con los terroristas de Hezbolá. Este hecho, sumado a su foto con el pañuelo palestino a la convocatoria, por parte del PSOE, de manifestaciones contra Israel llevaron al embajador Harel a señalar que las relaciones con España no pasan por su "mejor momento".
A esta reacción del diplomático israelí, que este lunes calificó de "infame" la declaración de Blanco, también se ha referido Moraleda cuando ha señalado que "ha habido algunas interpretaciones inadecuadas" de la posición del Gobierno socialista. Y ha matizado que "en particular, la que se produjo como consecuencia de que un joven palestino pusiera" la kefia a Zapatero.
Como hiciera el ministro Moratinos este lunes, el portavoz del Ejecutivo también ha negado que el Gobierno haya recibido "ninguna queja" por parte de las autoridades israelíes, y ha añadido que España "sigue siendo un país considerado por Israel y por la Autoridad Palestina como un país amigo, que puede y que debe de hacer todo lo necesario" para que la paz sea duradera en la región.