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Montilla promete el cargo de presidente de la Generalidad entre la ausencia de Zapatero y la frialdad de CiU

El líder del PSC ya es, de forma oficial, el nuevo presidente de la Generalidad tras prometer el cargo. En el acto los únicos representantes del Gobierno han sido Joan Clos y Jordi Sevilla. El mismo que dudó de que un "charnego" pudiera gobernar Cataluña ha vaticinado ahora que Montilla no será un presidente "fácil". Zapatero, que sí respaldó a Maragall en 2003, no ha escuchado esta vez a Montilla presentarse como "el más humilde de los servidores" de Cataluña. La composición del Ejecutivo autonómico todavía no se ha hecho pública aunque fuentes socialistas han adelantado que Ernest Maragall sí que entrará esta vez. Cuando su hermano Pasqual intentó nombrarle consejero se encontró con la oposición del PSE y de sus socios. La crisis desembocó en el adelanto electoral y la despedida política del ya ex presidente.

L D (Europa Press) En un breve discurso, José Montilla se escudó en palabras de Salvador Espriu para manifestar sus sentimientos "más íntimos" en el momento de asumir la presidencia. "Si te llaman a guiar un breve momento del milenario paso de las generaciones aparta el oro, el sueño y el nombre (...) Sin la ayuda de ningún consuelo. No esperes nunca dejar recuerdo porque sólo eres el más humilde de los servidores. El desvalido y el que sufre, serán para siempre tus únicos señores. Excepto Dios, que te ha puesto bajo los pies de todos".
 
Tras el discurso de Montilla, una cerrada ovación del medio millar de invitados, a excepción de la cúpula de CiU, con Artur Mas, al frente, que abandonaron el Palau los primeros tras la toma de posesión, seguidos de Jordi Pujol. El coro del Palacio de la Música Catalana fue el encargado de interpretar Els Segadors antes de que el nuevo presidente de la Generalidad, el ex presidente, Pasqual Maragall, el presidente del Parlamento, Ernest Benach, y el representante del Gobierno central, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, protagonizaran un brindis.
 
Las primeras palabras de Montilla tras prometer el cargo fueron de agradecimiento para su familia y para Maragall, de quien destacó "todo lo aportado a Cataluña, su generosidad humana y política, por su visión de futuro y el alto sentido de país demostrado". También hubo reconocimiento para los socios del tripartito y para los ciudadanos que le dieron su confianza en las elecciones del 1 de noviembre.
 
Se comprometió a tener la "mano tendida" para abordar las cuestiones clave del país y aseguró que contará "con todo el mundo, con las fuerzas políticas y, especialmente, con la sociedad civil catalana". Su acción de gobierno, dijo, será "eficiente" con el objetivo de "crear complicidades sociales, económicas y culturales necesarias" para desarrollar Cataluña como "sociedad moderna, libre, culta, solidaria, equilibrada, desarrollada económicamente y respetuosa con el medio ambiente".
 
"Felicidades, Pepe"
 
Además de los dos únicos representantes del Gobierno, Jordi Sevilla y Joan Clos, asistieron otras quinientas personas entre las que el saludo más repetido era "felicidades, Pepe". Del mundo cultural estuvieron presentes actrices como Mónica Randall o el cantante Javier Gurruchaga, que charlaron un buen rato con el presidente catalán saliente.

También asistieron al acto los presidentes de Aragón, Marcelino Iglesias, y de Asturias, Vicente Álvarez; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel; el secretario de organización del PSOE, José Blanco; el ex presidente del Parlamento Joan Rigol, y dirigentes territoriales del PSOE como Patxi López y Joan Ignasi Pla.

Las esposas del hasta ahora presidente y del nuevo, Diana Garrigosa y Anna Hernández, respectivamente, también ocuparon puestos de honor en el acto, así como los padres de Montilla, y la alcaldesa de Iznájar (Córdoba), Isabel Lobato, que es el pueblo natal del presidente.

 
Las críticas del presidente saliente
 
Otro discurso, el de Pasqual Maragall, suscitó las críticas del presidente de Ciudadanos. Albert Rivera consideró que "no es correcto" introducir "un cuestionamiento de la ley electoral catalana" en "un discurso institucional" como debía ser el de este martes. "No tocaba", consideró Rivera. Se refería a la alusión que Maragall hizo en su intervención a las elecciones de 1999, quejándose de que por primera vez hubieran ganado "las izquierdas" en votos pero no pudieran gobernar por la "cuestionable" ley electoral.

En cuanto al nuevo gobierno que se formará con Montilla, Rivera manifestó su esperanza en que "pueda ser mejor que el anterior tripartito", para lo cual reclamó "un punto de vista más centrado en las políticas sociales de progreso y con un contenido menos identitario". Aun así, dijo que su partido prefiere "esperar a ver quiénes serán los consejeros  para hacer una valoración completa" del Ejecutivo. "Esperamos del nuevo Gobierno más inversion en política social, mayor acento de progreso en Catalunya, y que se abandone la vía identitaria", resumió.

La valoración de Sevilla
 
El ministro de Administraciones Públicas, uno de los dos únicos representantes del Ejecutivo de Zapatero en el acto, afirmó que José Montilla no será un presidente "fácil" para el Gobierno español porque "defenderá con uñas y dientes los intereses de Cataluña". Sevilla ha asegurado que "aparte de la humildad que ha demostrado, el presidente Montilla es una persona muy trabajadora que hará trabajar a sus equipos y nos hará trabajar a nosotros en el Gobierno de España".

"Creo que lo hará muy bien, no será un 'partenaire' fácil para el Gobierno de España porque defenderá con uñas y dientes los intereses de Cataluña, pero ésta es la España plural que hemos querido poner en marcha desde el Gobierno de España y desde los gobiernos de la Generalidad", ha reflexionado.

El mismo que hacía estas valoraciones criticó que un "charnego", en alusión al propio Montilla, pudiera convertirse en presidente de Cataluña. Al respecto, ha dicho este martes que "Cataluña ha demostrado que está en el siglo XXI y nos ha dado un ejemplo que vamos a seguir desde el conjunto de España. Son los ciudadanos, los votos, los parlamentarios quienes colocan a cada uno en su sitio y la gente no se equivoca".  "Yo me imagino un presidente español nacido en León, en Valladolid, en muchos puestos, incluso en Cataluña, por supuesto, por qué no. Incluso en Valencia".

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