El presidente de la Generalidad firma un extenso artículo en el rotativo de Prisa que titula "Catalunya y España en la encrucijada". En estas líneas, el "muy honorable" trata de caminar entre dos aguas, las del nacionalismo separatista e independentista que encarnan sus socios de Gobierno y los convocados a su manifestación del pasado sábado en Barcelona (donde fue abucheado y casi agredido), y las aguas del socialismo nacional.
Difícil postura que trata de resolver cargando, sobre todo, contra España y el Tribunal Constitucional. Llama la atención que en los primeros compases de este texto ya alude a la marcha independentistas del pasado sábado como la representación de una "gran mayoría de la ciudadanía catalana", y eso pese a que los últimos estudios hablaban de menos de un 1% de representación de dicha ciudadanía.
Dice en este artículo que la sentencia del TC es "ofensiva" para el "sentimiento de identidad nacional, cultural y lingüística de Cataluña". Además, pasa por alto la separación de poderes y señala que esta sentencia "supone una confrontación de legitimidades entre las instituciones legislativas y el TC". En su opinión, el Constitucional se ha metido en camisa de once varas al "extralimitarse" y ejercer "una función que no le corresponde, que le es impropia".
Al mismo tiempo, y pese al fuerte enfado que escenificó tras conocer el fallo de María Emilia Casas, Montilla dice que el TC "no ha conseguido el objetivo de invalidarlo, tal y como pretendían quienes lo impugnaron".
También confiesa sus aspiraciones a partir de ahora. Dice que buscará "conjuntar el respeto de la voluntad popular, la defensa del autogobierno, el cumplimiento del pacto político y el respeto al Estado de derecho". Al mismo tiempo, dice que no "renunciamos a recuperar" algunas "garantías de autogobierno disminuidas" por la "interpretación del TC".
Termina "reivindicando la propuesta federal como la vía más apropiada para desarrollar nuestro futuro común con generosidad y voluntad de acuerdo".