Monseñor Cañizares lamenta la "herida profunda" causada por un 11-M "aún no esclarecido en su verdad más real y honda"

Cañizares se pronunció así en la homilía de la Eucaristía que presidió en memorias de las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 y de todas las víctimas del terrorismo con motivo del tercer aniversario de la masacre.

El arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal expuso que "seguimos afectados y espantados" por los atentados, con los que "el príncipe del odio y de la mentira dio un zarpazo sobre España y la sembró de muerte y de llantos, de destrozo y de quiebra de humanidad".

Cañizares aseguró que "nuestra historia y nuestro destino han quedado marcados por una herida profunda que no sólo no se ha curado, sino que sigue abierta, como tantos signos evidencian".

Expuso que "aquellos espantosos hechos, aún no esclarecidos en su verdad más real y honda", marcaron "un hito en nuestra historia", puesto que "pesan sobre España como una losa opresora de la que necesitamos liberarnos".

El arzobispo recordó que "desde hace demasiados años las gentes de España nos sentimos heridas, humilladas y maltratadas por la inhumana y cruel violencia terrorista", pero aseguró que "desde todos los rincones es de nuestra patria se eleva grito paciente, cada día más intenso y creciente contra ese cruel azote de la violencia terrorista".

A su juicio, "se eleva poderoso un clamor de apoyo y solidaridad con las víctimas que lo han sufrido (el terrorismo) tan en carne propia".

Aseguró que el terrorismo es uno de los actos que muestran la lejanía de la sociedad actual respecto a Dios, como lo son "los millones de abortos legales en el mundo, las legislaciones o los propósitos legalizadores de la eutanasia, los casos de eutanasia practicados fraudulentamente, la experimentación y comercio de embriones, el negocio de la droga o el creciente número de suicidios".

También mencionó "los genocidios, las guerras del pasado siglo, los campos de exterminio nazis o los gulag soviéticos o la esclavitud a la que están siendo sometidos tantos sudaneses".

Por último, el arzobispo pidió a Dios que ilumine "a quienes tienen responsabilidades en el Estado para que posibiliten una España justa, asentada en la verdad y libre y que ayude a que el español sea "un pueblo de hombres y mujeres unidos, verdaderamente libres, y con esperanza".