(Libertad Digital) El presidente del Congreso, Manuel Marín, pidió a los diputados "respeto y buena educación" durante el desarrollo del Debate sobre el estado de la Nación, que comienza este miércoles en la Cámara y, por su parte, se mostró dispuesto a aumentar su grado de "cintura política".
Marín, en declaraciones a los periodistas, agradeció a los grupos que se hayan puesto de acuerdo en un formato "amplio y generoso" con el que consideró que se abre el camino para superar algunos incidentes producidos durante las últimas sesiones. Resaltó el hecho de que, al separarse el debate y votación de las propuestas de resolución del debate estrictamente político, las mociones de los grupos tendrán mayor relevancia y permitirán que se celebre una sesión "de entidad".
Tras poner como ejemplo la sesión en la que se debatió la toma en consideración del plan Ibarretxe de que el Congreso ha sabido resolver bien debates difíciles, el presidente de la Cámara recordó que es "fundamental el respeto al derecho a la palabra". "No pretendo que sea una casa de retiros espirituales", dijo Manuel Marín, quien insistió en reclamar a los diputados que aguarden a que finalicen las intervenciones de los oradores para expresar "su disgusto".
Marín, en declaraciones a los periodistas, agradeció a los grupos que se hayan puesto de acuerdo en un formato "amplio y generoso" con el que consideró que se abre el camino para superar algunos incidentes producidos durante las últimas sesiones. Resaltó el hecho de que, al separarse el debate y votación de las propuestas de resolución del debate estrictamente político, las mociones de los grupos tendrán mayor relevancia y permitirán que se celebre una sesión "de entidad".
Tras poner como ejemplo la sesión en la que se debatió la toma en consideración del plan Ibarretxe de que el Congreso ha sabido resolver bien debates difíciles, el presidente de la Cámara recordó que es "fundamental el respeto al derecho a la palabra". "No pretendo que sea una casa de retiros espirituales", dijo Manuel Marín, quien insistió en reclamar a los diputados que aguarden a que finalicen las intervenciones de los oradores para expresar "su disgusto".
Insistió en que entonces "no había dudas sobre el futuro y la propia identidad" y "teníamos una política antiterrorista clara que estaba dando buen resultado". Zaplana explicó que durante ocho años de Gobierno popular se ha hablado de convergencia europea, de pleno empleo, de políticas sociales, de igualdad entre españoles, de educación y de solidaridad y vertebración, entre otros temas. Sin embargo, según el portavoz popular, en el Debate del estado de la Nación temas como la economía, la vivienda, la integración social y la incorporación de la mujer al mundo laboral, entre otros, han pasado a un "segundo plano" porque "alguien ha decidido discutir sobre nuestra propia identidad, quiénes somos y dónde queremos ir", lo que calificó de "gran irresponsabilidad".
Para el portavoz parlamentario el Gobierno del PP hizo durante ocho años un "proceso modélico" en el que se disfrutó de una "etapa de concordia y progreso". "Parece que nos aburría la normalidad democrática, ser un país normal, moderno, con políticas discutibles pero similar al resto de países democráticos que no se pasan el día revisando su identidad", apostilló Zaplana, que añadió que "por eso vamos a revisar el pasado, a plantearnos nuestra esencia como Nación".
Durante la rueda de prensa Zaplana explicó que la Junta de Portavoces rechazó con la "excusa" del Debate del miércoles la petición que había realizado el PP para que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compareciera en un pleno monográfico para hablar de las reformas constitucionales y estatutarias. Para Zaplana esta posición de rechazo "pone de manifiesto el respeto al Parlamento que está evidenciando el PSOE y el Gobierno".