L D (Agencias) El presidente del PSC, Pasqual Maragall, ha negado haber recibido presiones del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para rectificar sobre aval a las denuncias de tortura realizadas por el director de Egunkaria, Marcelo Otamendi. Además, Maragall se permite valorar la labor de Zapatero diciendo que "está llevando las cosas muy bien en este terreno". En declaraciones a Catalunya Radio recogidas por Efe, Maragall dijo que Zapatero no le pidió que rectificase, y aseguró que el secretario general del PSOE "está llevando las cosas muy bien en este terreno" y ha indicado que "el PSOE, y muy en particular el PSE, han tenido una actitud irreprochable. No tienen más que mi agradecimiento".
El líder de los socialistas catalanes expresó el jueves desde Bruselas su "respeto total y absoluto para las fuerzas del orden españolas", y mostró su disposición a explicar al Gobierno las declaraciones en las que daba crédito a las torturas denunciadas por el director de Egunkaria, Marcelo Otamendi.
Capítulo de rectificaciones
Cuando el vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, denunció la “cobertura” que Maragall hacía a quienes a poyan a grupos terroristas, se desató una tormenta en el Congreso y salió Caldera para “exigir” lo que no exigen al catalán, una rectificación. Rato cambió “cobertura” por “crédito” y, sorprendentemente, todo quedó arreglado. El propio Maragall le agradeció la matización verbal y se ofreció a hablar con él o cualquier miembro del Gobierno para aclarar su versión de los hechos.
Pero en esa conversación telefónica entre Ferraz y Maragall no hubo exigencias de rectificación según reconocen ambas partes. Así que, tras reconocer su “respeto absoluto y total hacia las fuerzas del orden españolas”, el líder del PSC mantiene que no tiene más que decir hasta que hablen los jueces. La duda sobre la Guardia Civil y a favor de las denuncias “de manual” vertidas sin pruebas por Otamendi, persiste.
Caldera trata de dar carpetazo
El PSOE quiere dar por "zanjada" la polémica. Así lo hace ver este viernes el portavoz parlamentario del PSOE y miembro de su dirección, Jesús Caldera, destacando la "coincidencia plena" que hubo en la conversación entre Rodríguez Zapatero y Maragall para aclarar la controversia.
En una conferencia de prensa en el Congreso, Caldera ha dicho que la nueva postura de Maragall "no es ninguna rectificación impuesta ni exigida" por la dirección socialista. El portavoz parlamentario desveló que el diálogo que hubo entre Rodríguez Zapatero y Maragall sirvió para "aclarar exactamente cuál es el punto de vista" del dirigente catalán. En opinión de Caldera, Maragall "no pone en duda para nada la tarea de las Fuerzas de Seguridad y defiende, como defendemos todos los socialistas, el contenido del Pacto Antiterrorista".
El diario La Vanguardia cuenta en un reportaje que fue el propio Zapatero quien habló con Maragall. “La conversación no fue una bronca”, afirmaron fuentes del PSOE al mencionado diario, pero sí concluyó cuando el presidente del PSC accedió a hacer una rectificación clara, como le pedía Zapatero, para zanjar este asunto cuanto antes. Sin embargo, este jueves, al ser preguntado por si estaba haciendo una “rectificación” de sus primeras manifestaciones, como le ha pedido insistentemente el Gobierno, Maragall se limitó a subrayar que está “en disposición” de reunirse con el Ejecutivo para “dejar perfectamente aclarado el sentido de mis palabras, que no tenían carga política”. Según un diputado del PSC citado por La Vanguardia , “el problema de Maragall es que dice lo que piensa sin pensar lo que dice”.
El líder de los socialistas catalanes expresó el jueves desde Bruselas su "respeto total y absoluto para las fuerzas del orden españolas", y mostró su disposición a explicar al Gobierno las declaraciones en las que daba crédito a las torturas denunciadas por el director de Egunkaria, Marcelo Otamendi.
Capítulo de rectificaciones
Cuando el vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, denunció la “cobertura” que Maragall hacía a quienes a poyan a grupos terroristas, se desató una tormenta en el Congreso y salió Caldera para “exigir” lo que no exigen al catalán, una rectificación. Rato cambió “cobertura” por “crédito” y, sorprendentemente, todo quedó arreglado. El propio Maragall le agradeció la matización verbal y se ofreció a hablar con él o cualquier miembro del Gobierno para aclarar su versión de los hechos.
Pero en esa conversación telefónica entre Ferraz y Maragall no hubo exigencias de rectificación según reconocen ambas partes. Así que, tras reconocer su “respeto absoluto y total hacia las fuerzas del orden españolas”, el líder del PSC mantiene que no tiene más que decir hasta que hablen los jueces. La duda sobre la Guardia Civil y a favor de las denuncias “de manual” vertidas sin pruebas por Otamendi, persiste.
Caldera trata de dar carpetazo
El PSOE quiere dar por "zanjada" la polémica. Así lo hace ver este viernes el portavoz parlamentario del PSOE y miembro de su dirección, Jesús Caldera, destacando la "coincidencia plena" que hubo en la conversación entre Rodríguez Zapatero y Maragall para aclarar la controversia.
En una conferencia de prensa en el Congreso, Caldera ha dicho que la nueva postura de Maragall "no es ninguna rectificación impuesta ni exigida" por la dirección socialista. El portavoz parlamentario desveló que el diálogo que hubo entre Rodríguez Zapatero y Maragall sirvió para "aclarar exactamente cuál es el punto de vista" del dirigente catalán. En opinión de Caldera, Maragall "no pone en duda para nada la tarea de las Fuerzas de Seguridad y defiende, como defendemos todos los socialistas, el contenido del Pacto Antiterrorista".
El diario La Vanguardia cuenta en un reportaje que fue el propio Zapatero quien habló con Maragall. “La conversación no fue una bronca”, afirmaron fuentes del PSOE al mencionado diario, pero sí concluyó cuando el presidente del PSC accedió a hacer una rectificación clara, como le pedía Zapatero, para zanjar este asunto cuanto antes. Sin embargo, este jueves, al ser preguntado por si estaba haciendo una “rectificación” de sus primeras manifestaciones, como le ha pedido insistentemente el Gobierno, Maragall se limitó a subrayar que está “en disposición” de reunirse con el Ejecutivo para “dejar perfectamente aclarado el sentido de mis palabras, que no tenían carga política”. Según un diputado del PSC citado por La Vanguardia , “el problema de Maragall es que dice lo que piensa sin pensar lo que dice”.