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Maragall anima a Chaves a reclamar singularidades para Andalucía y recuerda a ZP sus promesas

Un día después de que Ibarretxe recordara a ZP las promesas lanzadas antes de llegar a La Moncloa, Pasqual Maragall, en el mismo escenario, hace lo propio elogiando al presidente porque "además de decir las cosas, las suele cumplir". Demanda la nacionalidad histórica para Cataluña y, de paso, invita a Manuel Chaves a reclamar la singularidad de Andalucía. Lo considera "crucial" para "el traje a medida que estamos haciendo". De Ibarretxe apunta que "la euro-región vasca será imparable", eso sí, "si cambia la singladura de su proyecto".

L D (Agencias) Los cursos de verano de El Escorial ya han tenido dos intervenciones que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, puede interpretar desde su descanso en Menorca, como avisos de lo que espera a la vuelta de curso.
 
Si Ibarretxe le pedía “valentía política, además de sonrisas” para aplicar las promesas hechas a Maragall también en el País Vasco, ahora es el propio Maragall el que plantea que Cataluña debe ser reconocida como nacionalidad en la Constitución. Advirtiendo –más que elogiando– que Zapatero “suele cumplir” las cosas que dice, abre ahora su plan para que Andalucía tire del carro del federalismo
 
Durante su participación en el curso de El Escorial sobre "Nacionalismos del siglo XXI", recogido por la agencia EFE, recordó que la Constitución actual no denomina explícitamente a Cataluña, País Vasco o Galicia como nacionalidades y utiliza de forma genérica ese término junto al de regiones. El presidente de la Generalitat de Cataluña advirtió que los socialistas catalanes "no aplaudirán" una reforma constitucional en la que no se denomine expresamente a Cataluña como nacionalidad histórica.
 
El "papel crucial" de la Andalucía de Chaves
 
Preguntado por los periodistas por la reforma del Estatuto de Cataluña, fijó su horizonte temporal en la primavera del 2005, y señaló que el socialismo catalán "no piensa cejar hasta conseguir el objetivo de una España plural y reconciliada con su diversidad". Pero donde de verdad hizo hincapié Maragall fue en la invitación al presidente andaluz y del PSOE, Manuel Chaves, para que sea su principal compañero de viaje. Destacó el "papel crucial" de Andalucía en la etapa de reformas constitucionales y estatutarias y consideró que "el traje a medida que estamos haciendo va a depender crucialmente de lo que haga o diga Andalucía".

En su opinión, Andalucía se encuentra ante la disyuntiva de "obtener un reconocimiento de su singularidad o postularse como portavoz de las demás autonomías y adalid de la inexistencia de privilegios con una actitud de rechazo a toda singularidad". Lo segundo, a su juicio, sería "un error dramático", ya que –añadió– "se trata más bien de diseñar las reglas del juego excluyendo todo privilegio, no de borrar las distinciones realmente existentes para que quede claro que no hay privilegios".

Para Maragall, "Andalucía tiene razones para postular un tratamiento diferenciado al tener cultura singular y haber entrado en la autonomía a través del 151", señaló el presidente catalán, quien, sin embargo, añadió que "no tendría las mismas razones, a no ser con un cambio constitucional importante, para postularse como nacionalidad".

 
Con ZP, “inevitablemente al esquema federal”

Según el presidente de la Generalidad, los Estatutos introdujeron "cierta confusión", ciertas regiones se autodefinieron como nacionalidades "y las cosas se complicaron; a no ser que se entienda que la Comunidad Valenciana y Aragón son nacionalidades como antiguos miembros de la Corona de Aragón", por lo que indicó que "habrá que ver cómo se restablece ese espíritu en la nueva letra" constitucional.

Aseguró que Cataluña "no pasa de lo que ocurra en el resto de España", señaló que ejemplo de ello es que "deseamos que cambie la singladura del proyecto vasco de modificación de la relación con el Estado tras las elecciones de abril" en el País Vasco, y añadió que la "euro-región vasca será imparable".

Señaló que se debe ir "inevitablemente a un esquema federal", indicó que ese camino se inició con la victoria de Zapatero y con su promesa de reconocimiento de la "España plural", y advirtió de que éste "además de decir las cosas, las suele cumplir", por lo que certificó que "ese acuerdo va adelante y no implica distinciones, sino dar a cada cual lo que necesita".


El síndrome Aznar

Aseguró que el PP, para aceptar las reformas constitucionales, "sólo debe superar el síndrome Aznar", que consiste -dijo- "en que les ha costado tanto aceptar la Constitución que ahora la defienden con uñas y dientes y no quieren ni tocarla", y agradeció al ex presidente "haber hecho una aportación impagable, metiendo a toda la derecha española en una Constitución que no votó". No obstante, destacó su "convicción" de que esos requisitos serán "ampliamente compartidos", aunque advirtió de que el debate será "divertido" y "movido", y auguró que no será fácil en el PSOE "pero mucho menos en el PP".

Criticó al PP por su actitud con la Constitución, al considerar que "lo que entonces les parecía excesivo ahora les resulta un inevitable mal menor, sólo bajo la condición de que no se le toque nunca ni una coma, condición -dijo- de "imposible" cumplimiento.

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