"Eso es relevante; el que hayan sido condenados cuatro y absueltos once", han comentado estas fuentes, que han considerado también importante que los condenados lo hayan sido con las penas mínimas que establece el Código Penal para los delitos que les imputaban.
"Incluso uno de los condenados lo ha sido por una falta de lesiones", han declarado estos mandos de la Guardia Civil que insisten que los agentes insistieron en que tuvieron que emplearse con fuerza para detener a los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola.
En concreto, la sentencia emitida este jueves por la Sección Primera de la Audiencia guipuzcoana condena a un cabo a penas que suman cuatro años y medio de cárcel y a 8 días de localización permanente. Asimismo impone dos años y medio a otro de los agentes, y condena a dos años y ocho días de localización permanente a los dos restantes. El texto judicial absuelve al resto de agentes de guardias que fueron juzgados
La APROGC apoya a sus compañeros
Horas después de conocerse la sentencia, la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha emitido un comunicado en el que expresa públicamente su "apoyo incondicional" a los agentes condenados y muestra su esperanza en que "instancias judiciales superiores puedan corregir el fallo y se demuestre" la inocencia de los guardias civiles que participaron en la detención del grupo de ETA que hizo explotar una coche-bomba en la T-4 del aeropuerto de Barajas.
La asociación destaca que "los guardias civiles condenados son excelentes profesionales como lo atestiguan los hechos en cuyo contexto se produjo la actuación profesional juzgada" y lamenta el "sufrimiento" de los agentes "que aguantaron la triste situación de verse sentados en un banquillo por prestar un servicio heroico: si hoy la banda terrorista ETA está derrotada y contra las cuerdas es en gran medida por la actuación de guardias civiles como los que hoy han sido castigados".
"La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) quiere trasladar todo su apoyo, cariño y proximidad a los guardias civiles que han sufrido este mal trago y se enfrentan a graves consecuencias personales y profesionales por haber prestado un servicio sin llevarse nada a cambio ni obtener beneficio personal alguno. No cabe duda de que determinadas actuaciones en que el guardia civil actúa bajo una gran presión psicológica o ambiental (riesgo de la vida, peligrosidad potencial o real, etc.) toma decisiones difíciles para resolver situaciones que no son comparables a las situaciones, incluso las más complejas, que el ciudadano medio resuelve en su vida cotidiana. Y así, se producen situaciones que luego resulta muy difícil enjuiciar y esclarecer por la complejidad de los factores que intervienen en ellos", concluye.