(Libertad Digital) Pero el líder –confirmado– del partido en Cataluña no tardó en prestar declaraciones a emisoras catalanas dando el visto bueno al pacto de La Moncloa. En pocas horas se pasó de la desautorización firme protagonizada por Ángel Acebes –"no se puede ser cómplice de un pacto clandestino"– a la confirmación del popular en su puesto por "comprensión".
El lunes las palabras del secretario general del PP tras conocer la postura favorable de Josep Piqué y Francesc Vendrell al pacto "global" del Estatuto acordado entre Zapatero y Mas fueron claras: "Representará al PP quien defienda sus posiciones políticas de manera inequívoca". Si alguien ha dicho lo contrario, añadió, "pues se ha equivocado".
Ese mismo día, horas después, el eurodiputado del PP Alejo Vidal Quadras descendía aun más a la realidad acusando a Piqué de "tomar a la dirección del PP por el pito del sereno". Eso sí, lamentaba Vidal Quadras el mero hecho de que el líder catalán estuviera al frente del partido: "No se pueden enviar –explicó– las tropas más flojillas y menos aguerridas al frente más duro de batalla".
Pero el martes se esperaba la reacción oficial del presidente del partido, Mariano Rajoy en los desayunos informativos organizados por Europa Press. Comenzó con determinación anunciando una campaña para recoger "millones de firmas" a favor de un referéndum en toda España respecto al Estatuto, es decir, en contra. Cuando tocó analizar lo dicho por Piqué empezó a preverse el desenlace. Rajoy le expresó su "pleno apoyo" y señaló que éste "es el líder del PP" en Cataluña "y lo será mientras quieran los ciudadanos" de esa comunidad autónoma.
Minutos después, cerca del mediodía la agencia EFE despachó, sin embargo, la posible dimisión de Piqué. Citando fuentes del PP –nacional y catalán– aseguraban que el líder catalán y su mano derecha, Vendrell, estan "muy tocados" y que Piqué plantearía a Rajoy su dimisión. La noticia cobraba fuerza durante la tarde. Entonces, "colaboradores directos" del presidente del PPC indicaron a Europa Press que la intención de su jefe era "claramente presentar la dimisión". De hecho, incidían en que sería difícil convencerle de lo contrario dado su enfado por las desautorizaciones recibidas.