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Los tres cerebros del 11-M estaban controlados por Policía, Guardia Civil y CNI

"El Tunecino", "El Chino" y Alekema Lamari han sido señalados por las Fuerzas de Seguridad como los supuestos cerebros del 11-M. Los tres aparecen en el vídeo en el que asumen la masacre de Madrid. Hasta ahora sabíamos que "El Tunecino" estaba controlado por agentes de la Policía y "El Chino" por la Guardia Civil. Este lunes El Mundo desvela que un agente sirio del CNI, conocido como "El Pollero", se convirtió en la sombra de Lamari desde que salió de la cárcel en 2002. Esta información no fue entregada por el Gobierno al juez hasta el pasado 16 de septiembre.

(Libertad Digital) El 22 de noviembre de 2004 el magistrado de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, solicitó al Centro Nacional de Inteligencia y al Ministerio del Interior la desclasificación de todos los informes y documentos que estuvieran en su poder relacionados con el terrorista argelino Alekema Lamari.
 
Sin embargo, no fue hasta el día 16 de septiembre cuando el juez Del Olmo recibió el visto bueno del Gobierno, a través de una decisión del Consejo de Ministros, para acceder a los cuatro informes elaborados por el CNI sobre el terrorista Lamari. En dicha documentación aparece detallado el control que ejercía Sabagh Safwan, alias "El Pollero", sobre Alekema Lamari y otros terroristas islamistas. De los informes se desprende también que los Servicios Secretos españoles controlaban a varios miembros del grupo de los pelanas de Lavapies a través de Safwan.
 
Este agente sirio del CNI vivía en Valencia hasta que fue detenido por inspectores de la Comisaría General de Información de la Policía el 24 de marzo de 2004 por su apoyo a Lamari, miembro del GIA (Grupo Islámico Armado) y considerado por el CNI como jefe de los terrroristas del 11-M.

Según relata el periodista de El Mundo Antonio Rubio, Sabagh Safwan se había convertido "en uno de los principales agentes o infiltrados del CNI en el mundillo de los radicales islamistas en España y tenía el encargo especial de controlar y seguir a Alekema Lamari". La vigilancia sobre el terrorista argelino era total, hasta el punto que el 2 de abril, un día antes del supuesto suicidio de Leganés, Sabagh se encontraba en Madrid con el único objetivo de ayudar al CNI a descubrir dónde se ocultaba Lamari y el resto de los terroristas que cometieron los atentados del 11-M.

Después de esta revelación, se estrecha el círculo sobre la trama de los pelanas de Lavapiés. No sabemos aún cuál fue realmente el papel de estos terroristas sirios y marroquíes en el 11-M. Lo que sí sabemos es que los cabecillas de este grupo estaban totalmente controlados por las Fuerzas de Seguridad españolas.
 
Sabagh Safwan, captado por el CESID en 1993, no sólo estaba infiltrado como amigo de Lamari sino que también mantuvo relación con los hermanos Chedadi y los Almallah.
 
Serhane ben Abdelmajik Fakhet, "El Tunecino", fue controlado por la Brigada Provincial de Información de Madrid desde enero de 2003 hasta pocos días antes de la masacre. Posteriormente fue la Unidad Central de Información Exterior de la Policía (UCIE) la que siguió sus pasos.

Jamal Ahmidan, "El Chino", fue seguido por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), cuyo máximo responsable es el coronel Félix Hernando, ex mano derecha de Rafael Vera. "El Chino" también fue controlado por el inspector jefe de Avilés, Manuel Rodríguez, Manolón, gracias a las confidencias que sobre él facilitó Emilio Suárez Trashorras.

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