(Luis del Pino) Esa solicitud se hizo en el marco de las Diligencias Previas 53/02 instruidas por el Juzgado Central de Instrucción número 5. En esas diligencias, las investigaciones se centraban en un grupo de presuntos radicales islamistas, al que pertenecían, según la UCIE, algunos de los que posteriormente veríamos relacionados con el 11-M: Mohamed El Egipcio, Basel Ghalyoun, Fouad El Morabit, El Tunecino...
A lo largo de los meses siguientes, la UCIE solicitó repetidas veces la prórroga de la intervención de ese teléfono de El Tunecino, concretamente el 25 de julio de 2002, el 12 de septiembre de 2002 y el 25 de octubre de 2002. Mientras tanto, en sus informes, esa unidad policial especializada en el terrorismo islámico mantenía al corriente al juez Garzón de las cosas de las que hablaba El Tunecino. En esas conversaciones, hay muchas referencias a operaciones de compraventa de ordenadores y ropa; hay algunas conversaciones donde parece estarse hablando de tráfico de drogas; hay conversaciones que demuestran que El Tunecino estaba ayudando a encontrar un abogado a la familia de uno de los detenidos en 2002 en España por pertenencia a organizaciones terroristas islámicas y hay incluso ocasiones en las que El Tunecino habla de tal o cual precepto coránico. Lo que no hay en esas conversaciones (un resumen de las cuales está incluido en el sumario del 11-M) es ningún dato acerca de la preparación de un futuro atentado. Lo cual, por otro lado, no quiere decir nada, ya que estamos hablando de conversaciones de mediados de 2002 (año y medio antes del 11-M).
El 29 de noviembre de 2002, la UCIE solicita a Garzón el cese de la intervención de ese teléfono 627225227 de El Tunecino y pide que se intervenga, en su lugar, el 600086743. La UCIE justificaba esa petición diciendo que el 627225227 "ha dejado de ser utilizado desde hace algún tiempo por el citado SARHAN, sobre quien se ha sabido a través de las otras intervenciones telefónicas que dispone de un nuevo número de teléfono móvil, el 600086743, citado en conversaciones de 23-11-02 y 27-11-02".
Así pues, según la UCIE, El Tunecino dejó de utilizar en noviembre de 2002 su primer teléfono y pasó a utilizar otro.
El segundo teléfono
Sin embargo, el segundo teléfono de El Tunecino tendría una vida muy corta, porque dos meses después, el 3 de febrero de 2003, la UCIE solicitaba a Garzón el cese de la observación telefónica del 600086743:
- "Por último, se SOLICITA EL CESE de la observación telefónica del numero 600086743. de la compañía AIRTEL, utilizado hasta ahora por SARHANE BEN ABDELMAJID FAKHET (a) SARHAN, ya que ha dejado de ser utilizado por el investigado, no habiéndose registrado ninguna conversación, sino únicamente intentos de llamada."
Es decir: según la UCIE, con ese teléfono 600086743 que había sustituido al anterior, El Tunecino no llegó a mantener conversación ninguna.
A partir de ahí, El Tunecino desaparece de las diligencias previas 53/02 instruidas por el juzgado de Garzón. La UCIE continuó, en el marco de esas diligencias, vigilando a Mohamed El Egipcio y a Fouad El Morabit, pero de El Tunecino ya no se vuelve a decir ni mu.
Finalmente, el 22 de mayo de 2003, la UCIE solicitó a Garzón el cese de todas las demás observaciones telefónicas que se estaban manteniendo dentro de esas diligencias previas.
Vuelta al primer teléfono
Parece que con eso hubiera terminado la vigilancia telefónica a El Tunecino, pero no es así en modo alguno.
En realidad, lo que había pasado era que las investigaciones sobre El Tunecino habían pasado a otras manos: las de la Brigada Provincial de Información (BPI) de Madrid.
El 17 de enero de 2003, muy poquito antes de que El Tunecino desaparezca de las Diligencias Previas 53/02 instruidas por Garzón, el Grupo de Terrorismo Internacional y Asuntos Generales de la BPI inició las investigaciones sobre la célula de la C/ Virgen del Coro, investigaciones centradas en torno a los hermanos Almallah y El Tunecino.
Esas investigaciones de la BPI se terminarían judicializando en julio de 2003, en el marco de las Diligencias Previas 230/03 del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, dirigido por Fernando Andreu.
Durante varios meses, los funcionarios de la BPI estuvieron realizando una serie de seguimientos y vigilancias. Y estuvieron, cómo no, solicitando la intervención de los teléfonos de los sospechosos.
En ese sentido, el 15 de octubre de 2003, la BPI solicitó al juez que se interviniera el teléfono de El Tunecino, cuyo número era el... 627225227.
Es decir, que la UCIE le dice a Garzón en noviembre de 2002 que El Tunecino ha dejado de usar ese teléfono, y once meses después la BPI le solicita a Andreu que intervenga ese teléfono, porque está siendo usado por El Tunecino.
El 3 de noviembre de 2003, la BPI remite al juez las transcripciones de las conversaciones telefónicas mantenidas a través de ese número de El Tunecino entre el 17-10-03 y el 31-10-03. El 13 de noviembre de 2003, se manda otro informe al juez con las transcripciones de las conversaciones mantenidas entre el 31-10-2003 y el 12-11-2003.
Y ese mismo día, 13 de noviembre, se vuelve a cancelar la intervención del teléfono 627225227. En un informe enviado al juez por la BPI el 27 de noviembre de 2003, se afirma (como ya había hecho la UCIE con Garzón el año anterior) que es que El Tunecino ha cambiado de teléfono:
- "Con fecha 15 de octubre de 20003 fue concedido Mandamiento para la Observación telefónica del numero 627225227, cuyo usuario era Sarhane BEN ABDELMAJID, por los motivos y razones que se exponían en el escrito de solicitud y al que nos remitimos. Dado que este teléfono dejo de ser utilizado por su titular con fecha 12 de noviembre de 2003 fue cesada la intervención del mismo. Se sabe por informaciones recibidas, que actualmente el mencionado Sarhane BEN ABDELMAJID, utiliza el teléfono de la compañía AMENA-MOVILES 635243794, teléfono que se ha comprobado que efectivamente esta activo y que responde un individuo con acento árabe que pudiera ser el mencionado Sarhane."
En consecuencia, se solicita al juez que intervenga el nuevo número de teléfono de El Tunecino, el 635243794.
El tercer teléfono
El juez autorizó la intervención del 635243794 el 3 de diciembre de 2003. El 23 de diciembre, la BPI solicita prórroga de la observación y le dice al juez que no han podido intervenir el teléfono hasta el 10 de diciembre, por problemas técnicos. El 30 de diciembre vuelve a solicitarse la prórroga, al tiempo que se adjuntan las transcripciones de las conversaciones mantenidas a través de dicho teléfono entre el 11-12-2003 y el 23-12-2003.
El 2 de enero de 2004, el juez autoriza la prórroga de la intervención.
El 16 de enero, la BPI envía al juzgado la transcripción de las conversaciones telefónicas mantenidas por el 635243794 entre el 23-12-2003 y el 12-1-2004. También se enviaba el tráfico de llamadas entre el 4-12-2003 y el 3-1-2004.
El 22 de enero se volvía a solicitar prórroga de la observación de ese número de teléfono.
El 2 de febrero de 2004, se envían las transcripciones de las conversaciones telefónicas mantenidas entre el 12-1-2004 y el 26-1-2004.
El 13 de febrero (menos de un mes antes del 11-M) se envía al juez la transcripción de las conversaciones telefónicas que tuvieron lugar entre el 26-1-2004 y el 9-2-2004. Asimismo, se envía el tráfico de llamadas entre el 1-1-2004 y el 31-1-2004.
El 19 de febrero, vuelve a solicitarse la prórroga de la observación, prórroga que el juez autoriza el 26 de febrero.
El 26 de febrero se envía al juez la transcripción de las conversaciones telefónicas mantenidas entre el 9-2-2004 y el 23-2-2004.
El 9 de marzo (dos días antes del 11-M), se envía al juez la transcripción de las conversaciones telefónicas mantenidas entre el 23-2-2004 y el 8-3-2004.
Tenemos, por tanto, que justo antes del 11-M estaba intervenido el teléfono de El Tunecino 635243794. Y que al juez se le fueron enviando tanto los listados de llamadas, como las transcripciones de las conversaciones.
Sin embargo, el primer teléfono de El Tunecino todavía nos depara alguna sorpresa.
Otra vuelta más al primer teléfono
Mientras que la BPI tenía controlado el número 635243794 (el tercer número de El Tunecino), el día 2 de febrero de 2004 la UCIE enviaba otro oficio al juez Garzón pidiéndole que interviniera de nuevo el primero de los teléfonos de El Tunecino, el 627225227, esta vez en el marco del sumario 09/2003 (el de los atentados de Casablanca).
¿Pero no decía la UCIE que El Tunecino había dejado de usar ese teléfono en noviembre de 2002 y por eso se cancelaron las correspondientes escuchas dentro de las diligencias previas 53/02? ¿No decía la BPI que El Tunecino había dejado de usar ese teléfono en noviembre de 2003 y por eso se cancelaron las correspondientes escuchas dentro de las diligencias previas 230/03?
Entonces, ¿por qué se vuelve a pedir la intervención de ese primer teléfono de El Tunecino?
El juez Garzón accedió a esa nueva solicitud de la UCIE el día 13 de febrero de 2004, menos de un mes antes del 11-M. Una semana después, el 20 de febrero de 2004, la UCIE comunicaba al juez que hasta el momento no se había podido grabar nada en ese número, por "imposibilidad técnica". Otra semana después, el 27 de febrero de 2004, el juez concedía, a solicitud de la UCIE, una prórroga de la observación de ese número.
Entre el 11-M y Leganés
Así pues, llegamos a las vísperas del 11-M con dos supuestos teléfonos de El Tunecino intervenidos: el 635243794 (intervenido en el Juzgado Central de Instrucción número 4 a solicitud de la BPI) y el 627225227 (intervenido en el Juzgado Central de Instrucción número 5 a solicitud de la UCIE).
El día 11 de marzo, estallan los cuatro trenes en la línea del Corredor del Henares. Seis días después, el 17 de marzo, la BPI vuelve a solicitar al juez Andreu la prórroga de la observación del tercero de los números telefónicos de El Tunecino, el 635243794. En ese escrito de solicitud, la BPI no hace ni la más mínima mención al atentado que acababa de tener lugar.
El 22 de marzo, la BPI envía al juez la transcripción de las conversaciones telefónicas mantenidas por ese teléfono entre el 8-3-2004 y el 19-3-2004. También se envía el listado de llamadas telefónicas entre el 31 de enero y el 1 de marzo.
El 23 de marzo, la BPI vuelve a solicitar al juez la prórroga de la observación telefónica de ese número.
Y entonces, el 29 de marzo de 2004 (cinco días antes de la voladura del piso de Leganés), se produce el "traspaso de poderes" sobre ese teléfono al juez Del Olmo. Ese día, la UCIE solicita al juez encargado del 11-M que se pidan a Amena los listados de llamadas de varios teléfonos (entre ellos el 635243794), por su presunta relación con los atentados de Madrid.
En el escrito remitido al juez Del Olmo por la UCIE no se individualizan las razones por las que se solicita información sobre cada uno de esos teléfonos. Ni tampoco se le informa al juez Del Olmo de que el teléfono 635243794 pertenece, presuntamente, a El Tunecino. Ni se proporciona ninguna explicación de por qué quieren, exactamente, información sobre ese teléfono. Ni tampoco se le cuenta que la BPI lo tenía intervenido. Aunque lo más curioso de todo es que tampoco se solicita al juez Del Olmo que se intervenga el teléfono: tan sólo que se pida información sobre los listados de llamadas.
El juez Del Olmo accedió a la solicitud de la UCIE al día siguiente y aquí viene lo más peculiar de ese "traspaso de poderes": ese mismo día, la BPI suspende la intervención telefónica de ese número. Y, como a Del Olmo no se le había solicitado que se interviniera, el resultado fue que las escuchas de ese teléfono quedaron canceladas.
Es decir, en un momento en que teóricamente se está buscando contrarreloj a El Tunecino (recordemos que aún no ha sucedido el episodio de Leganés), la Policía anula las escuchas de un teléfono supuestamente usado por ese terrorista del 11-M.
La última actuación de la BPI en relación con ese teléfono es el 5 de abril, dos días después del episodio de Leganés. Ese día, la BPI envía al juez Andreu la transcripción de las conversaciones telefónicas mantenidas por el 635243794 entre el 19-3-2004 y el 31-3-2004.
¿Y qué sucede con el otro teléfono de El Tunecino que estaba intervenido? Cabría esperar que, de la misma manera que se traspasó a Del Olmo la responsabilidad sobre el 635243794, también se hiciera lo mismo con el 627225227. ¡Pues no!
El día 1 de abril, la UCIE enviaba un escrito solicitando la prórroga de la observación telefónica del 627225227. Pero, en lugar de enviárselo a Del Olmo, a quien se lo envía es a Garzón. Junto con esa solicitud, se remiten al Juzgado Central de Instrucción número 5 las cintas correspondientes a los teléfonos de los otros sospechosos investigados en el sumario 09/2003, aunque no las del 627225227, del cual se dice que no ha sido posible obtener ninguna conversación "por imposibilidad técnica".
Algunos interrogantes
Todo el asunto de los tres teléfonos de El Tunecino intervenidos antes del 11-M resulta ciertamente chocante.
- ¿Por qué se anulan por dos veces, antes del 11-M, las escuchas del 627225227, diciendo que El Tunecino había dejado de utilizarlo, para luego, pasados los meses, volver a intervenirlo?
- ¿Por qué se da orden de intervenir un teléfono supuestamente usado por El Tunecino, 600086743, para luego decir pocos meses después que a través de ese teléfono no se ha registrado conversación ninguna?
- ¿Por qué cuatro días antes del episodio de Leganés se anula la intervención de un supuesto teléfono de El Tunecino?
- ¿Por qué las escuchas de otro de los teléfonos se siguieron haciendo a través del juzgado de Garzón, en lugar de a través de Del Olmo?
- ¿Cuáles son esas "imposibilidades técnicas" que impidieron grabar las conversaciones mantenidas a través de uno de los teléfonos de El Tunecino?
Pero el interrogante fundamental no es ninguno de esos. Hay otra pregunta mucho más intrigante:
Antes y después del 11-M había dos teléfonos de El Tunecino intervenidos. De uno de ellos (el 627225227) no consta que exista ninguna cinta, por esas "imposibilidades técnicas" que mencionábamos. Pero del otro, el 635243794, tienen que constar en el Juzgado Central de Instrucción número 4 las transcripciones que la BPI fue enviando. Transcripciones que deberían recoger todo lo que El Tunecino habló a través de ese teléfono, hasta las mismas vísperas del episodio de Leganés. Sin embargo, esas transcripciones no se han adjuntado al sumario del 11-M.
- ¿Por qué esas transcripciones no se le enviaron al juez Del Olmo, o por qué éste no las solicitó?
- ¿Qué es lo que dicen esas conversaciones?
Primer mutis por el foro
Pero, si resulta llamativo lo sucedido con los teléfonos de El Tunecino antes (e inmediatamente después) del 11-M, no menos llamativa resulta la manera en que esos teléfonos desaparecen de escena.
Repasemos lo que sabemos de los teléfonos que El Tunecino supuestamente utilizaba antes del 11-M. Según la BPI y la UCIE, ese presunto suicida de Leganés llamado El Tunecino estaba usando antes del atentado de Madrid tres teléfonos distintos: el 600086743, el 627225227 y el 635243794.
A través de uno de ellos, el 600086743, El Tunecino no llegó a mantener en realidad ninguna conversación telefónica, según los propios informes policiales.
¿Qué pasa con el segundo de los teléfonos mencionados, el 627225227? Sabemos que fue intervenido por primera vez en mayo de 2002. Sabemos que esas intervenciones telefónicas fueron canceladas por dos veces, alegando que El Tunecino había dejado de emplear ese teléfono, para luego retomar la intervención telefónica unos meses después. Sabemos que el teléfono estaba intervenido al producirse el 11-M. Sabemos que no se pudo grabar, sin embargo, ninguna conversación de ese teléfono, por unas misteriosas "imposibilidades técnicas".
La verdad es que todo suena enormemente raro, pero al menos parece que sí que podemos estar seguros de que ese teléfono 627225227 pertenecía a El Tunecino, ¿verdad?
Pues resulta que en uno de los tomos de observaciones telefónicas incorporados al sumario del 11-M constan los listados de llamadas efectuadas con ese teléfono a partir del 1 de marzo de 2004. Y en esos listados de llamadas consta que ese teléfono atribuido por la UCIE y la BPI a El Tunecino antes del 11-M continuó manteniendo conversaciones telefónicas después de la explosión de Leganés, como pueden ustedes comprobar, por ejemplo, en este listado:
Evidentemente, resulta difícil que ese teléfono perteneciera a alguien que acababa de saltar por los aires el mes anterior en el piso de la C/ Carmen Martín Gaite. ¿O es que ese teléfono había pertenecido a El Tunecino en tiempos, pero luego se le asignó a otra persona? En ese caso, ¿cuándo había dejado de pertenecer a El Tunecino, teniendo en cuenta que la UCIE solicitó intervenirlo por tercera vez a principios de febrero de 2004?
Sea como sea, esto nos deja un único teléfono usado por El Tunecino antes del 11-M: el 635243794. Precisamente el teléfono del que hay una serie de conversaciones telefónicas grabadas justo antes y justo después del 11-M, cuyo contenido desconocemos porque no han sido incorporadas al sumario del 11-M.
Veamos qué sucedió con ese último superviviente del conjunto de teléfonos usado por El Tunecino.
Segundo mutis por el foro
Habíamos quedado en que ese teléfono 635243794 se había intervenido en su día porque supuestamente lo utilizaba El Tunecino. De hecho, en una comparecencia efectuada el 30 de noviembre de 2004 ante la Unidad Central de Inteligencia (UCI, de la que depende la UCIE), el funcionario de la BPI responsable de los seguimientos y vigilancias efectuados a la célula de la C/ Virgen del Coro a lo largo de 2003 corrobora que, según sus informaciones, el 635243794 era usado por El Tunecino. El 17 de enero de 2005, ese mismo funcionario comparece ante Del Olmo y se ratifica en su declaración.
Pues bien, el 21 de abril de 2005 (un año después de la masacre), la propia UCIE manda al juez Del Olmo una lista de los teléfonos de titular desconocido que habían aparecido hasta el momento en las investigaciones del 11-M y entre esos teléfonos de titular desconocido incluye... el 635243794.
El 3 de agosto de 2005 (más de tres meses después), el juez Del Olmo solicita a las compañías telefónicas "con la máxima urgencia" que informen de la titularidad de esos teléfonos de usuario desconocido contenidos en la lista remitida por la UCI.
Y entonces, sin que sepamos qué es lo que las compañías telefónicas contestaron, la UCI envía al juez, el 18 de octubre de 2005, un informe sobre listados de llamadas telefónicas. Y en ese informe indica que la titularidad de dicho teléfono 635243794 corresponde a una española, E.G., mujer de otro de los imputados del 11-M que no llegaría a ser sometido a juicio.
Ante la evidente discrepancia, el 9 de diciembre de 2005 Del Olmo pide que le aclaren a quién pertenece ese teléfono, si a El Tunecino o a E.G.
El 10 de febrero de 2006, ya a punto de cerrarse el sumario, la Comisaría General de Información (CGI, de la que depende la UCI) envía al juez Del Olmo una contestación en la que se atribuye el teléfono a esa ciudadana española, aunque de una forma extremadamente ambigua:
- "consultadas las bases obrantes en esta Unidad, consta que el mismo figura a nombre"... de E.G., con DNI XXXX y con domicilio en la calle XXX de Madrid. "No existe dato alguno - dice la CGI en su contestación - que nos permita afirmar sin ningún genero de dudas, que dicho número pudo haber sido utilizado en algún momento por el referido SARHANE BEN ABDELMAJID FARKHET."
Preguntas indiscretas
Pero entonces, si ese teléfono pertenecía a E.G., ¿quiere eso decir que se solicitó al juez Andreu intervenir en noviembre de 2003 un teléfono diciéndole que era de El Tunecino, cuando en realidad no pertenecía a El Tunecino?
¿Y cómo es posible que, si la BPI transcribió en su día las conversaciones mantenidas por ese teléfono entre diciembre de 2003 y marzo de 2004, no se diera cuenta de que no pertenecía a El Tunecino? ¿Quieren decirnos que, a pesar de haberse transcrito las conversaciones, se estuvo pidiendo al juez la prórroga de la intervención de un teléfono que, en realidad, era de otra persona? ¿Y nadie se dio cuenta?
Aunque lo más chocante es otro detalle: se da la circunstancia de que E.G. había declarado ante la UCIE el 3 de abril de 2005. En aquella declaración, constan los datos completos de filiación de la testigo. Y entre esos datos de filiación se incluye el número de su teléfono móvil. Y resulta que ese número era el 639XXXX... que no coincide con el 635243794 supuestamente usado por El Tunecino y que luego le atribuyen a ella.
Entonces, ¿el 635243794 era de E.G. antes y después del 11-M, pero luego se cambió de número antes de declarar el 3 de abril de 2005? Pudiera ser, pero entonces: ¿por qué la policía no le preguntó a E.G. el 3 de abril de 2005 si ese otro teléfono 635243794 había sido suyo y cuándo había dejado de utilizarlo?
Todavía mejor: ¿por qué el juez Del Olmo no llamó a declarar a E.G. y le preguntó directamente por ese teléfono supuestamente usado por El Tunecino, especialmente a la vista de lo ambiguo de la respuesta final que le envió la CGI?
Y la pregunta del millón: ¿por qué la UCIE tarda dieciocho meses en atribuirle ese teléfono a E.G?
En cualquier caso, fuera de quien fuera ese teléfono: ¿dónde están las transcripciones de las conversaciones mantenidas a través de ese teléfono justo antes y justo después del 11-M y qué es lo que contienen?
Finale
El resumen de la historia no puede ser más desolador. Antes del 11-M, dos unidades policiales distintas le dicen a dos jueces distintos de la Audiencia Nacional, en el marco de tres investigaciones judiciales distintas, que El Tunecino utilizaba tres números de teléfono diferentes. ¿Y luego resulta, a la vista de los informes policiales, que ninguno de los tres era de El Tunecino?
Pues una de dos: o esos teléfonos no pertenecían a ese supuesto terrorista, en cuyo caso se estuvo antes del 11-M interviniendo teléfonos que, en realidad, correspondían a otras personas; o, por el contrario, si esos teléfonos pertenecían a ese supuesto terrorista, entonces es que se ha mentido después del 11-M, para hacer desaparecer esos teléfonos de escena.
En cualquiera de los casos, lo que queda claro es la continua mutación de los datos telefónicos supuestamente relacionados con el atentado de Madrid, con un baile frenético que a lo único que ha conducido es a crear el máximo posible de ruido, para poder ahogar la verdad del 11-M en una maraña de mentiras, de medias verdades y de omisiones conscientes.
¿Qué validez podemos otorgar a las conexiones telefónicas, a los listados de llamadas, a las transcripciones de conversaciones, que se han utilizado en el caso del 11-M para "construir" (en el sentido estricto del término) una trama a la que responsabilizar del atentado? ¿Qué credibilidad pueden merecer esos datos telefónicos, cuando vemos que los teléfonos de uno de los supuestos máximos responsables del atentado aparecen y desaparecen de las diligencias judiciales como por arte de magia?