(Libertad Digital) El Parlamento vasco registró este miércoles ante el Tribunal Supremo el escrito que les encargo Atutxa. Plantean el ya anunciado incidente de nulidad contra la resolución del 18 de junio del Alto tribunal sobre la disolución del grupo parlamentario de ETA. Aseguran que el ordenamiento jurídico "no otorga" a la Sala del 61 del Supremo "la facultad de disolver un grupo parlamentario, ni consecuentemente, para llevar a cabo los requerimientos contenidos".
Utilizando interesadamente jurisprudencia tratan de demostrar que el auto del Supermo "afecta de pleno a la autonomía e inviolabilidad del Parlamento vasco". Es decir, que no añaden un solo concepto respecto a su negativa a disolver a Batasuna. Eso sí, con informes de por medio, buscan el tiempo necesario para que Ibarretxe encuaderne su plan separatista.
Dicen los servicios jurídicos de Atutxa que el auto convierte a la Cámara vasca "de ejecutante en ejecutado de la sentencia y lo enfrenta a un proceso en el que por un defecto de forma padece indefensión y resulta afectado por un fallo que vulnera el principio de congruencia de los fallos judiciales". El informe de 17 páginas esgrime que la ilegalización de un partido no ha de suponer la desaparición de un grupo parlamentario. En este sentido, no hay más jurisprudencia que la lógica: Socialistas Abertzaleak, según ha quedado demostrado, es exactamente lo mismo que Batasuna, y ésta es ya una banda terrorista inscrita en las listas negras de Europa y EEUU. Pero Atutxa no lo ve así.
”Noche y día” trabajando para salvar a Batasuna
Ese es el ritmo de compromiso que confiesa el propio Atutxa. “No ha sido fácil encontrar un camino... noche y día para dar con algún camino cuando menos que nos dejara presentarnos en la defensa de lo que consideramos Estado de Derecho y Derecho de esta institución". Añade que "escudriñado todo lo que existe en el aspecto jurídico no encontrábamos cauces para la defensa, y por lo tanto sigo afirmando que esta institución se encontraba y sigue encontrándose en plena indefensión".
Pero ahora el incidente de nulidad "es un camino que hemos iniciado, Dios quiera que resulte exitoso y que el Supremo se dé cuenta de que en esta ocasión ha cometido un error. Esta es la única pretensión que nos mueve, demostrar al Tribunal Supremo que en esta ocasión se ha equivocado".
Pero además, Atutxa se queda sin dormir porque se considera parte interesada. Es, de hecho, uno de los argumentos del informe que ha dictado a sus servicios jurídicos. Así, argumenta que "la disolución de un grupo parlamentario no afecta sólo a sus componentes, sino a toda la vida interna de la institución, a la composición y funcionamiento de sus órganos y a otra multitud de ámbitos regulados, todos ellos, por el Reglamento de la Cámara".
Concluye el texto remitido al Supremo con el habitual ejercicio de victimismo advirtiendo: "Su no admisión a trámite implicaría una vulneración de las normas procesales produciéndose una indefensión en sentido jurídico constitucional, ya que se privaría al Parlamento vasco de los escasos instrumentos que el ordenamiento jurídico pone a su alcance para la defensa de sus intereses y derechos, impidiéndose la aplicación efectiva del principio de contradicción, con el consiguiente perjuicio real y efectivo para el Parlamento vasco".
Utilizando interesadamente jurisprudencia tratan de demostrar que el auto del Supermo "afecta de pleno a la autonomía e inviolabilidad del Parlamento vasco". Es decir, que no añaden un solo concepto respecto a su negativa a disolver a Batasuna. Eso sí, con informes de por medio, buscan el tiempo necesario para que Ibarretxe encuaderne su plan separatista.
Dicen los servicios jurídicos de Atutxa que el auto convierte a la Cámara vasca "de ejecutante en ejecutado de la sentencia y lo enfrenta a un proceso en el que por un defecto de forma padece indefensión y resulta afectado por un fallo que vulnera el principio de congruencia de los fallos judiciales". El informe de 17 páginas esgrime que la ilegalización de un partido no ha de suponer la desaparición de un grupo parlamentario. En este sentido, no hay más jurisprudencia que la lógica: Socialistas Abertzaleak, según ha quedado demostrado, es exactamente lo mismo que Batasuna, y ésta es ya una banda terrorista inscrita en las listas negras de Europa y EEUU. Pero Atutxa no lo ve así.
”Noche y día” trabajando para salvar a Batasuna
Ese es el ritmo de compromiso que confiesa el propio Atutxa. “No ha sido fácil encontrar un camino... noche y día para dar con algún camino cuando menos que nos dejara presentarnos en la defensa de lo que consideramos Estado de Derecho y Derecho de esta institución". Añade que "escudriñado todo lo que existe en el aspecto jurídico no encontrábamos cauces para la defensa, y por lo tanto sigo afirmando que esta institución se encontraba y sigue encontrándose en plena indefensión".
Pero ahora el incidente de nulidad "es un camino que hemos iniciado, Dios quiera que resulte exitoso y que el Supremo se dé cuenta de que en esta ocasión ha cometido un error. Esta es la única pretensión que nos mueve, demostrar al Tribunal Supremo que en esta ocasión se ha equivocado".
Pero además, Atutxa se queda sin dormir porque se considera parte interesada. Es, de hecho, uno de los argumentos del informe que ha dictado a sus servicios jurídicos. Así, argumenta que "la disolución de un grupo parlamentario no afecta sólo a sus componentes, sino a toda la vida interna de la institución, a la composición y funcionamiento de sus órganos y a otra multitud de ámbitos regulados, todos ellos, por el Reglamento de la Cámara".
Concluye el texto remitido al Supremo con el habitual ejercicio de victimismo advirtiendo: "Su no admisión a trámite implicaría una vulneración de las normas procesales produciéndose una indefensión en sentido jurídico constitucional, ya que se privaría al Parlamento vasco de los escasos instrumentos que el ordenamiento jurídico pone a su alcance para la defensa de sus intereses y derechos, impidiéndose la aplicación efectiva del principio de contradicción, con el consiguiente perjuicio real y efectivo para el Parlamento vasco".