L D (Agencias) Los desconocidos rompieron por una de sus esquinas la lápida que cubre el nicho donde reposaban los restos del subinspector del GEO, sacaron el ataúd y volvieron a colocarla.
Ayudándose con una carretilla, al parecer de obra, desplazaron el ataúd a más de medio kilómetro, a una zona de nichos vacíos, y se ensañaron con el cadáver, que destrozaron con un pico y una pala, útiles que los delincuentes dejaron en el lugar antes de huir y de prender fuego con gasolina al ataúd y al cuerpo. Debido a los golpes, algunos miembros del cuerpo del subinspector quedaron mutilados, entre ellos la mano izquierda, que no ha podido ser encontrada, aunque los investigadores no descartan que haya quedado carbonizada por el fuego. El cuerpo se encuentra en el Instituto Anatómico Forense donde se le practican análisis de ADN para confirmar su identificación.
El cadáver del subinspector Torronteras fue profanado en el cementerio Sur de Madrid, donde fue enterrado el pasado día 4 después de la explosión en un piso de Leganés en la que murieron siete terroristas islamistas. Dos empleados del cementerio fueron los que alertaron del hecho al observar las llamas, aunque ni ellos ni otros testigos pudieron ver a los delincuentes que, sin embargo, dejaron en el lugar el pico y la pala utilizados para perpetrar su acción.
Temor por si había explosivos
Los autores de la profanación aprovecharon un lugar de fácil huida, ya que la zona está afectada por las obras de remodelación que se llevan a cabo en el cementerio y en ella se han colocado unas vallas de obra por las que se puede salir sin problemas. El descubrimiento del ataúd quemado alarmó a la Policía, que temió que los autores pudieran haber colocado algún explosivo en el interior del nicho. Por ello, tuvieron que utilizar las microcámaras de los artificieros de la Policía para comprobar que en el interior no había nada.
La Policía carece de pistas que puedan determinar la autoría de este acto, aunque no descarta que se trate de una venganza de grupos islamistas por la intervención policial del pasado día 3 que provocó el suicidio de siete terroristas islamistas al hacer detonar ellos mismos una potente carga explosiva. El hallazgo de un vehículo, un BMW de color rojo, en la salida del cementerio podría aportar datos dactilares. El coche se encontró sin ruedas.