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Los jueces que se negaron a la aplicación del indulto

Andrés Martínez Arrieta.- Muy cercano al ex fiscal general del Estado Carlos Granados, quien logró la libertad para el general Rodríguez Galindo, encarcelado por Gómez de Liaño por el caso Lasa-Zabala. Cercano a las tesis de Bacigalupo, se suponía que se iba a abstener en el caso por ser el ex marido de María Dolores Márquez de Prado, actual esposa de Javier Gómez de Liaño. Los hijos del matrimonio Martínez Arrieta-Márquez de Prado viven con el juez Liaño. Hay un proceso abierto entre Márquez de Prado y Martínez Arrieta por las pensiones alimenticias de sus hijos, dos de los cuales son aún menores de edad. Este caso es, probablemente, el más flagrante. Liaño no recusó a este juez precisamente porque pensó que se abstendría, debido a que tiene abierto un proceso que le afecta personalmente a él y a su actual mujer, pero finalmente, Martínez Arrieta votó en contra del regreso de Liaño a la judicatura y decantó la balanza en su contra.

Enrique Bacigalupo.- El enconamiento con Liaño viene de lejos. Cuando el juez Gómez de Liaño era miembro del Consejo General del Poder Judicial, votó en contra de que Bacigalupo presidiera la Sala Segunda. El juez Bacigalupo es quien pergeñó la sentencia que condenó a Liaño en el caso Sogecable. Su llegada a la judicatura en España está salpicada de escándalos que Libertad Digital ha ofrecido con detalle. Desde la pensión de privilegio en su Argentina natal por un cargo de unos pocos meses a la sombra de Héctor Campora, hasta el ingreso en la carrera por el cuarto turno (el de reconocido prestigio) valiéndose de una cátedra que desempeñó durante realmente durante siete horas. Es amigo personal de González Cuéllar, abogado de Polanco y está documentado que le mandó clientes a su bufete. Pese a su amistad con el letrado, Bacigalupo no sólo no se abstuvo en la causa contra Liaño, sino que votó en su contra. Incluso fue el cerebro jurídico del proceso. Se encargó, además, de elaborar la base jurídica del informe remitido a Justicia en mayo de 2000 en el que la Sala Segunda cuestionó la capacidad del Gobierno para reponer a Liaño en la judicatura vía indulto.

José Antonio Martín Pallín.- Miembro de la asociación Jueces para la Democracia y de la Unión Progresista de Fiscales, ya que procede de la carrera fiscal. Se trata de un controvertido magistrado que, pese a mantener posiciones de izquierdas, ha tenido importantes choques con el PSOE. Entre otros casos, fue uno de los jueces partidarios de la condena en el caso “Segundo Marey” de los GAL. A propuesta de PP e IU, pudo ser nombrado Defensor del Pueblo, pero el PSOE se opuso. En todo caso, son conocidas sus relaciones con Jesús Polanco y, sobre todo, con Juan Luis Cebrián (consejero delegado de PRISA); ambos imputados en el “caso Sogecable” que instruyó Liaño.

Carlos Granados.- Otro destacado amigo de Juan Alberto Belloch, precisamente fue Fiscal General del Estado bajo el mandato del que fuera biministro de Justicia e Interior. Forma parte de la Asociación Francisco de Vitoria. No se considera amigo de Liaño. En 1996, siendo Fiscal General, logró la puesta en libertad del general Rodríguez Galindo, procesado por Liaño en el caso Lasa-Zabala. El juez Liaño publicó, por aquel entonces, un artículo en el diario “El Mundo” titulado: “La soledad del fiscal general”, en el que le acusaba de someterse a los dictados de Juan Alberto Belloch. Precisamente por su escaso aprecio por Liaño y por su relación pasada de enemistad con el juez, Granados comentó a su círculo que se abstendría en este caso. Pero no lo hizo.

Perfecto Andrés Ibáñez.- Pertenece a la asociación Jueces para la Democracia. Tanto sus amigos como sus enemigos dicen de él que es, probablemente, el mayor experto español en asuntos de derecho procesal penal. Estuvo al frente de la sección 15 de la Audiencia de Madrid. Es un hombre independiente, aunque declaradamente de izquierdas. Pese a su cercanía al PSOE, mantuvo un duro enfrentamiento con el partido socialista por la Ley Corcuera. A partir del año 93, su enfrentamiento con el socialismo fue total. Se mostró contrario a la fusión de los ministerios de Justicia e Interior bajo la poderosa mano del ex juez Juan Alberto Belloch. Quizá por eso, desde el PSOE se impidió que el juez formara parte de la Sala Segunda del Supremo cuando aspiró a la plaza. El Consejo General del Poder Judicial se lo impidió en, al menos, dos ocasiones. Precisamente por eso, el juez publicó un extenso artículo en la revista “Claves” del grupo PRISA en el que exigía, por encima de todo, la independencia judicial como única arma posible que le queda a un magistrado para hacer su trabajo correctamente. Se sirvió de aquel púlpito para criticar la dependencia política del CGPJ, controlado entonces por el PSOE desde el Gobierno. Bajo el título “La corrupción en el banquillo”, en el artículo se hablaba precisamente de la “Difícil independencia necesaria” y se mencionaba, concretamente, que el poder judicial –desde su “modestia”— debe desarrollar funciones de “contrapoder cuando la fidelidad a su papel constitucional de garante de la legalidad lo requiera”. Aquellos artículos, y otros en medios del grupo PRISA, le sirvieron como plataforma para vender su independencia política, pero su dependencia mediática quedó en entredicho. La publicación de artículos en medios de comunicación de Polanco, le restan credibilidad.

Otros tres jueces que votaron contra Liaño

Cándido Conde-Pumpido.- Su padre fue teniente fiscal de la Sala Segunda y procede de una familia de juristas prestigiosos. Hombre cercano al PSOE, llegó a la Sala Segunda gracias –dicen fuentes judiciales— a la mano que le echó su amigo Juan Alberto Belloch. Pese a su amistad con el PSOE, votó a favor de la condena en el caso “Segundo Marey” de los GAL, lo que le acarreó críticas duras de sus amigos. Forma parte de la Asociación de Jueces para la Democracia.

Joaquín Jiménez García.- Ex presidente de las audiencias de San Sebastián y Bilbao, ha instruido numerosos casos de violencia callejera en el País Vasco. Fue muy amigo de Juan Alberto Belloch, aunque ahora sus relaciones no son buenas. Sin embargo, es destacable su amistad actual con Jaime Mayor Oreja. Su voto no estaba muy claro a priori, aunque se sospechaba que se sumaría a lo que votara la mayoría de la sala, como así fue. Quizá el voto de Martínez Arrieta, ex marido de María Dolores Márquez de Prado, desequilibró la balanza para que Jiménez García –quien tiene en gran estima a Martínez Arrieta— decidiera sumarse al voto contrario a Liaño.

Juan Saavedra.- Es conocida su cercanía al ex presidente del Supremo, Javier Delgado Barrios. Lleva muy poco tiempo en la Sala Segunda del Tribunal Supremo y, precisamente por eso, era dudoso su voto. Ante la igualdad, decidió votar siguiendo a la mayoría de la sala.

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