Los etarras detenidos en Francia reanudaron hace tres meses la compra de material para fabricar explosivos

L D (EFE) Una fuente próxima al caso informó de que los tres etarras detenidos hace dos días en Quézac (sureste de Francia), entre los que se encuentra el supuesto jefe de logística de ETA, Zigor Garro Pérez, reanudaron hace tres meses la compra en Francia de materiales para hacer artefactos explosivos. Sin embargo, en la casa rural en la que fueron arrestados y cuyo registro policial terminó este jueves, no se halló "gran cosa", dijo.

En la vivienda, que habían alquilado a mediados de octubre pasado, se hallaron al menos dos pistolas automáticas, siete detonadores y pequeñas cantidades de materiales para fabricar explosivos, como polvo de aluminio y componentes electrónicos. Había además tres ordenadores portátiles cuyo contenido habrá de examinarse, abundante documentación y un automóvil robado.

El aprovisionamiento de materiales susceptibles de entrar en la composición de explosivos o de bombas, ya sea en comercios, por correo o internet o con robos a mano armada, es una de las competencias que tiene asignada el jefe de logística de ETA. En esa labor de aprovisionamiento entra también la búsqueda de los materiales para elaborar documentos de identidad falsos.

La constatación de que hace tres meses que ETA reanudó en diferentes puntos de Francia la compra de materiales para fabricar bombas y la confirmación de que fue un comando de la banda el que sustrajo unas 350 pistolas y una gran cantidad de municiones en una empresa de importación de Vauvert (Gard) el 23 de octubre alimentan la tesis de que la banda se está reconstituyendo.

Esa hipótesis fue avanzada la semana pasada por el jefe de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), Frédéric Veaux, ante el Tribunal Especial de lo Criminal de París, donde prestó declaración en el marco del juicio a catorce supuestos etarras, incluidos los presuntos jefes de logística de ETA Asier Oyarzabal (2000-2001), Iñaki Esparza Luri (2001-2004) y Zigor Garro (2004-2006).

El azar quiso que el tribunal dictase sentencia el mismo día en que fue detenido Garro, que fue juzgado en rebeldía y condenado a siete años de cárcel. Oyarzabal recibió una pena de 20 años de prisión y Esparza Luri de 17. Garro, así como su compañera Marina Bernardó –que se hacían pasar por escritores en Quézac–, y el supuesto lugarteniente del primero, Ekain Mendizabal, que fue arrestado junto con ellos, son trasladados hoy a París para continuar su interrogatorio bajo custodia de la SDAT hasta su paso a disposición judicial.

El ministro español de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo este jueves que la operación, que ha desarrollado la Policía francesa en colaboración con la española, continúa abierta, aunque manifestó que sus resultados han sido los previstos y negó categóricamente que una filtración hubiera provocado la huida de más terroristas.