Los cordones sanitarios contra el Partido Popular
Desde que Zapatero llegó al poder, el hostigamiento organizado de los grupos políticos al PP ha sido constante. Han sido muchos los titulares de la prensa afín que coincidían semana tras semana: "El PP se queda solo...". Pero más allá de las votaciones en trámites parlamentarios que suponen una alianza contra el principal partido de la oposición, el PP ha sido objeto de alianzas explícitas de exclusión de la vida parlamentaria. En la calle, los augurios de todo ello comenzaron ya en las manifestaciones por Irak o el Prestige y llegaron al límite el 13 de marzo.
(Libertad Digital) Las primeras muestras de acoso al PP llegaron cuando todavía estaba en el poder. El partido llegó a elaborar una lista con los cientos de agresiones y episodios de asalto a sedes que sufrieron hasta que, tras el ataque terrorista del 11-M, llegaron los peores episodios, los que obligaron a Mariano Rajoy, como candidato, a exigir el cese de las concentraciones que en toda España y bajo las sedes, culpaban al partido de los 192 muertos al grito de asesinos. Los medios de comunicación afines al PSOE dijeron que aquellas manifestaciones fueron espontáneas pese a compartir el diseño de las pancartas y conseguir dar cinta a miles de persona con muy poco margen de tiempo.
Pacto del Tinell, firmado el 14 de diciembre de 2003. Todavía no había llegado Zapatero a La Moncloa pero Maragall estaba a punto de entrar en la Generalidad a falta de un compromiso de todos los partidos. Se exigieron excluir al Partido Popular y lo plasmaron por escrito. El anexo, titulado "Criterios sobre actuación política general" no tiene desperdicio.
ANEXO
CRITERIOS SOBRE ACTUACIÓN POLÍTICA GENERAL
Ningún acuerdo de gobernabilidad con el PP, ni en la Generalitat ni en el Estado. Los partidos firmantes del presente acuerdo se comprometen a no establecer ningún acuerdo de gobernabilidad (acuerdo de investidura y acuerdo parlamentario estable) con el PP en el Govern de la Generalitat. Igualmente estas fuerzas se comprometen a impedir la presencia del
PP en el gobierno del Estado, y renuncian a establecer pactos de gobierno y pactosparlamentarios estables en las cámaras estatales.
Por grave que parezca, este pacto se cumple literalmente cada día en Cataluña.
El notario de CiU y las pancartas de Montilla. La política catalana ha dado más ejemplos de cómo el objetivo político no es otro que impedir que el Partido Popular se mueva. El ahora presidente de la Generalidad, José Montilla, no dudó en basar su campaña electoral en pedir la derrota de este partido. O en advertir de cuáles son las intenciones del PP al pedir el no en el Estatuto.
En febrero de 2004, precampaña de las generales del 14M, José Montilla presentó un lema que rezaba "Si tú quieres, derrotaremos al PP". Tres meses después, aunque negó que hubiera continuidad, anunció la segunda parte del eslogan, esta vez, como mensaje para las europeas: "Volvamos a derrotar al PP".
El eslogan más duro se lo reservaron para la campaña del referéndum. Fue el secretario de organización del PSC, José Zaragoza, el encargado de mostrar la frase elegida para el momento: "El PP utilizará tu no contra Cataluña".
Que no se investigue. Al hilo del fatídico 11-M, encontramos también episodios de alianzas que sólo tienen en común las ganas de aislar al Partido Popular. El ejemplo más claro de ello fue el veto a la solicitud del PP de que comparecieran en la comisión de investigación los confidentes policiales que tantas revelaciones clave generaron sobre la matanza de marzo.
A finales de septiembre de 2006 llegó el precedente más parecido a lo que sucedió este miércoles. Todos los grupos parlamentarios, una vez más con Diego López Garrido de portavoz, se comprometieron a vetar cualquier iniciativa parlamentaria popular sobre los atentados del 11-M. Según el portavoz parlamentario socialista, la medida se tomaba para defender la "dignidad" del hemiciclo. No ahorraron detalles de en qué consistía el boicot: unirse contra el PP cada vez que se quiera "abrir un debate que emponzoñe la investigación" de los atentados.
Hasta los comunicados de ETA. Eduardo Zaplana se ha referido a ello como "una macabra coincidencia". Pero la literalidad de los comunicados de la banda terrorista comparte ese empeño por aislar al PP. El último mensaje de pistoleros, dado a conocer el 9 de enero de 2007 tras el brutal atentado de Barajas, no se anda con rodeos: "Hay que alejarse de PP, UPN y de las fuerzas de la derecha fascista del Estado".
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