L D (Agencias) Gaspar Llamazares, que realizó estas declaraciones durante un desayuno informativo organizado en el Congreso por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), cuyo contenido recoge la agencia Europa Press, admitió que quizá el jefe de la Diplomacia española "no acertó en el momento y el lugar" que eligió para "decir la verdad".
Sin embargo, subrayó que el ministro no mintió porque, según dijo, el Ejecutivo de Aznar "apoyó, legitimó y nunca condenó" el golpe de Estado liderado por. El líder comunista dijo que tiene conocimiento de la existencia de un telegrama en el que el entonces embajador de España en Venezuela, Manuel Viturro, explicaba al Ministerio de Exteriores que "ya había visitado a Carmona" (el líder de la patronal venezolana Pedro Carmona) y le había transmitido la necesidad de normalizar la situación en Venezuela. Según Llamazares, esta visita, a la que Viturro acudió en compañía del embajador de Estados Unidos, tuvo lugar sin que Chávez hubiera renunciado.
Llamazares recordó también que el propio Aznar admitió en el Congreso que había hablado con Carmona y destacó que esa conversación se produjo cuando "todo el mundo sabía ya que no había conseguido la renuncia de Chávez y que había acordado disolver las Cámaras". "Las instrucciones corren del ministerio a la embajada y de la embajada al ministerio y culminan en una conversación entre Aznar y el golpista. Es suficiente para saber que está en la trama que el responsable de un Gobierno democrático levante el teléfono a un golpista y seguramente no para pedir su renuncia, sino para legitimar el golpe", sentenció.
Polanco entre los golpistas, según un informe de IU elaborado en 2002
Izquierda Unida, en el informe sobre el golpe de Estado de Venezuela que redactó su asesor parlamentario José Manuel Fernández publicado el 23 de mayo de 2002, resumió las conexiones con varios grupos a los que acusaba entonces de colaborar con Carmona, entre ellos el Opus Dei: "Muchos de los involucrados en el golpe y varios miembros del gobierno provisional son miembros numerarios del Opus". También encontró IU una conexión empresarial: "El magnate venezolano de los medios de comunicación (...) Gustavo Cisneros, tiene fuertes inversiones en España (...). Según Newsweek, fue el verdadero instigador del golpe".
En la trama que describe IU, no figuran sólo los magnates americanos: "Es de todos conocido –dice el informe– el vergonzoso papel del Grupo PRISA y, particularmente, del diario El País en el apoyo al golpe. En este feo asunto, El País ha actuado como mascarón de proa del imperio Polanco y de sus adláteres en Venezuela, donde Chávez se resistía a facilitar a Polanco negocios de televisión y venta de libros escolares".
Y del diario de Polanco, IU pasa a Felipe González: "Tampoco son casuales las declaraciones realizadas por el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, en las que justificaba el apoyo político al golpe de estado desde una crítica severa a Hugo Chávez, calificado de
caudillo y dictador", apuntando una conexión del PSOE con el derrocamiento de Chávez. Para corroborarlo, recoge el testimonio del enviado especial del diario El Mundo, que asegura que al encontrarse en el aeropuerto de Caracas con Juan Jesús Aznárez, enviado especial de El País, éste le confió que"Chávez se va a enterar quién es Jesús de Polanco, que siempre logra lo que quiere. Dentro de unos días hablamos".
caudillo y dictador", apuntando una conexión del PSOE con el derrocamiento de Chávez. Para corroborarlo, recoge el testimonio del enviado especial del diario El Mundo, que asegura que al encontrarse en el aeropuerto de Caracas con Juan Jesús Aznárez, enviado especial de El País, éste le confió que"Chávez se va a enterar quién es Jesús de Polanco, que siempre logra lo que quiere. Dentro de unos días hablamos".