L D (Agencias) El diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares ha considerado que el diputado de ERC Joan Tardá "no tenía voluntad de insultar" cuando este viernes, durante un acto, proclamó "viva la República, muerte al Borbón", y ha confiado en que no se le estigmatice ni persiga por sus "excesos verbales".
En declaraciones a Efe tras visitar una exposición en el Congreso con motivo del XXX aniversario de la Constitución, Llamazares ha señalado que las palabras de Tardá son una "fórmula histórica" que se utilizaba en Cataluña, pero ha considerado que el diputado no tenía "voluntad de agredir ni de insultar".
Tardá defendía, ha continuado Llamazares, el republicanismo, "que es legítimo en nuestra sociedad", y ha opinado que "por esos excesos verbales no debería ser estigmatizado ni mucho menos perseguido". "Forma parte de la pluralidad de opiniones de este país sobre la forma de Estado", ha concluido.
Felipe V
Mientras, ERC afirmó que las declaraciones del diputado republicano fueron en referencia a un "grito histórico de la Guerra de Sucesión contra Felipe V", y que por lo tanto, no se dirigían al contexto actual.
La formación independentista consideró que las palabras de Tardà han sido "descontextualizadas" y explicó a Europa Press que todos los presentes entendieron que se trataba de una proclama de dicho contexto histórico, ya que el diputado estaba repasando algunas proclamas populares de aquella época.
En el mismo sentido, un portavoz de las JERC señaló a Europa Press que la frase se encuentra "fuera de contexto", y reiteró que Tardà hizo referencia en todo momento a la Guerra de Sucesión y a los gritos populares de 1714.
Con todo, ERC publica en su web que Tardà recordó en su discurso que "a lo largo de la historia la monarquía borbónica ha sido un obstáculo para alcanzar una plena democracia", e indicó que los catalanes no podrán vivir "en plena libertad hasta que puedan constituir la República Catalana".
Durante el acto de las JERC, que se desarrolló ante el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), las juventudes republicanas simularon el entierro de la Constitución, representada en forma de un féretro que finalmente incendiaron.