L D (Europa Press) En su crítica al texto, el ex presidente de la Comunidad de Madrid bromeó sobre la posibilidad de "comercializar que digan 'no me hable usted del Estatuto, please'". "Podíamos vender unos cuantos, millones, porque esto va para largo", indicó.
Leguina se explayó en su crítica al Estatuto en declaraciones a Telemadrid. Del texto, dijo que se ve "la confusión mental" del redactor, y estimó que está escrito "desde la reticencia, desde el que quiere y tiene miedo". "No me gusta esa amplia literatura", zanjó. Al socialista el Estatuto le parece que tiene "cosas" muy "graciosas", como que declare "nación al valle de Arán" y no quiso hablar "del sistema fiscal". "Menos mal que a mi pueblo no lo han tocado todavía", ironizó.
El diputado duda de que el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el ministro de Defensa, José Bono, hayan demostrado una fe ciega en el jefe del Ejecutivo. "¿Usted cree que han demostrado una fe ciega o han expresado una fe ciega"?, preguntó. De su parte, aseguró que él no la expresa porque no lo necesita y enfatizó que "casi todos los socialistas" están "preocupados" por este asunto.
El Estatuto es un "marrón"
Sobre si, además de la postura nacionalista catalana, le preocupa la del presidente del Gobierno, Leguina resaltó que le "preocupa todo". "Creo que este Gobierno iba a, como dicen los castizos, de cine y de pronto nos encontramos con este marrón, que nosotros mismos, y este plural es claramente mayestático, nos hemos formado", indicó.
En relación a las reformas que se planean sobre el texto, Leguina resaltó que las ocho fórmulas de las que habla Zapatero son sólo para "la palabra nación" porque para el resto se necesitarán "bastantes más". No obstante, el presidente negó que el Estatuto sea un dislate de principio a fin. "No es fácil", dijo, "pero creo que esto se podrá enmendar desde el punto de vista jurídico".
Para Leguina hubiera sido "mucho mejor procurar pactar con el Partido Popular". Dijo no saber si ha habido o no esfuerzos, pero señaló que "las pruebas no son buenas". Asimismo, apostó por cambiar el actual sistema electoral, que definió como un "desastre" porque cuando PP o PSOE no sacan mayoría absoluta, quedan "en manos de los nacionalistas", lo que cree es "un disparate".