(Libertad Digital) La "verdad judicial" sobre el atentado más grave que haya sacudido Europa nos dice que está por conocer la identidad del autor intelectual y que no se conoce cuál fue el arma homicida. Es más, llega a decir que este último extremo no importa demasiado. Han pasado cinco años.
En Libertad Digital nunca será extemporáneo ofrecer a los lectores un dato que permita acercarse a la verdad del 11-M. Permita o no una nueva acción por la vía judicial nuestro compromiso con las víctimas nos anima a hacerlo.
El especial que partir de este 11 de marzo de 2009 publicamos es buena prueba de ello. Hemos decidido poner al alcance de todos la información necesaria para conocer los detalles sobre el juicio. Publicamos las actas textuales de los interrogatorios dirigidos por el juez Javier Gómez Bermúdez. No existirían de no ser por el tesón de los Peones Negros que trascribieron todas las sesiones. Sin su esfuerzo, esta información habría quedado condenada al olvido.
Publicamos también los informes periciales sobre los explosivos. La perspectiva de cinco años provoca auténtica angustia. Toneladas de hierro retorcidas por el explosivo quedaron reducidas a gramos de polvo y dos o tres tornillos. Eso fue lo que analizaron los peritos. Gramos. Los trenes se desguazaron con el secreto en su interior.
La labor informativa de Libertad Digital y también la de El Mundo –siempre nos hemos hecho eco de cualquier investigación independiente– está también disponible en forma de hemeroteca del 11-M, que iremos completando, así como el listado de los Enigmas del 11-M publicados por Luis del Pino en LD.
Nuestro homenaje a las víctimas del 11-M es pues, una herramienta de trabajo, una base documental muy amplia en la que podrán bucear los que todavía piensan que, cinco años después, no se ha hecho justicia.