L D (Agencias) Los dos etarras detenidos el día de Nochebuena son muy jóvenes. No tienen más de 25 años. Ahora que están declarando ante la Policía se van conociendo algunos detalles sobre sus vidas y son ciertamente reveladores.
Garikoitz Arruarte ocultaba en su casa del casco viejo de Pamplona una carpeta con medio centenar de hojas con información sobre unas veinte personas, fotografías y recortes de periódicos.
De todas estas futuras víctimas, los etarras tenía bastante avanzada la información sobre dos concejales, un guardia civil y un empresario. Según fuentes de la lucha antiterrorista citadas por la agencia Efe, son las mismas cuatro personas sobre quienes también se halló información en la casa de Gorka Palacios, el jefe del llamado "aparato militar" de ETA, detenido este mes en Francia.
"Se conocían las andanzas"
Por su modo de actuar antes de ser detenidos, el ministro del Interior, Ángel Acebes, ha explicado que "eran personas que llevaban una vida normal, que van a su trabajo" y "que no tienen nada con la Justicia", lo que ha permitido a Acebes calificar de "admirable" la labor policial en esta operación, debido a la dificultad para apresar a dos hombres que no parecen tener vínculos aparentes con ETA.
Sin embargo, el delegado del Gobierno en Navarra, José Carlos Iribar, ha aportado algunos datos importantes. Por ejemplo, ha dicho que aunque Loran y Arruarte son de los llamados "legales", no fichados de ETA, "se conocían las andanzas" de Arruarte, que residía en la capital navarra "de lunes a viernes y el fin de semana se marchaba a Guipúzcoa".
De maestro a criminal
Sobre Gorka Loran, el delegado ha confirmado que también iba y venía todos los días desde Hernani, donde vivía, a Pamplona, donde trabajaba "como interino, sustituyendo a un profesor", en la ikastola Amaiur, ubicada en el barrio de Iturrama de Pamplona, como adelantó el Diario de Navarra. Allí desempeñaba labores de tutoría para un grupo de 14 niños de entre 8 y 9 años, con quienes estuvo por última vez el día 22, dos días antes de intentar cometer una masacre en la estación de Chamartín, en Madrid.
Además, fuentes de la investigación señalaron a Efe que Loran participó en numerosas reuniones con grupos radicales irlandeses y corsos y que fue miembro de EKIN, el aparato político de ETA, y de la organización juvenil radical Segi. Así pues, cabe deducir que Loran, lo mismo que su compañero de andanzas, estuvieran más o menos vigilados por la Policía, lo que lleva a pensar que la organización criminal está en una situación de gran debilidad.
ETA recurre "a lo que puede"
La falta de experiencia de estos dos etarras también viene demostrada por su fracaso con las bombas colocadas en sendas líneas de ferrocarril de Aragón, dentro de sendas fiambreras que estaban enterradas junto a las vías. Se supone que su objetivo era que explotaran tras el atentado de Madrid para sembrar el caos, pero la primera, colocada en la línea Zaragoza-Alsasua, estalló el día 23 por la noche, mucho antes de la hora programada por los terroristas. La segunda, en la vía Zaragoza-Caspe-Barcelona, ni siquiera explotó. La Policía ha encontrado el artefacto este viernes cerca de Samper de Calanda (Teruel).