L D (Agencias) José Luis Rodríguez Zapatero, que se somete a este trámite parlamentario con la previsión de obtener los apoyos suficientes para convertirse en la votación de mañana en el quinto presidente de la democracia, recordó nada más subir a la tribuna de oradores a los 192 ciudadanos que "faltan y que tenían derecho a estar hoy entre nosotros" y que han muerto "por el furor homicida de unos desalmados".
La secretaria primera del Congreso, María Jesús Sáinz, dio lectura previamente al decreto con el que el Rey propone a José Luis Rodríguez Zapatero como candidato a la Presidencia del Gobierno. El líder del PSOE llegó al Palacio de la Carrera de San Jerónimo a primera hora de la mañana y permaneció en su despacho, junto a sus principales asesores, ultimando su discurso hasta poco antes del inicio de la sesión, a la que asiste el presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, los miembros de su Gabinete, y numerosos senadores.
Los ex presidentes, al Consejo de Estado
El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno desarrolló en la exposición de su programa todos sus compromisos electorales agrupados en tres ejes fundamentales: regeneración democrática, fomento de la productividad de la economía y consenso en política exterior y contra el terrorismo. Zapatero dijo que no se puede "empezar de cero" y "derrochar la experiencia acumulada por los que han gobernado durante estos años". Por ello, anunció que incorporará al Consejo de Estado "como vocales del mismo a quienes hayan desempeñado el cargo de presidente del Gobierno" (Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar).
Pacto Antiterrorista
Zapatero también dedicó parte de su discurso al Pacto Antiterrorista. Para el candidato a la Presidencia, "sigue vigente, pero es necesario ir más allá y propone convocar a todos los grupos para compartir información y definir una estrategia común".
El líder del PSOE dijo que va a designar un Gobierno destinado a atender los "problemas cotidianos de sus ciudadanos", entre los que citó el empleo, la vivienda, la educación o el poder adquisitivo de pensiones, entre otros. Además expuso los que serán los cinco ejes de su política: La renovación vida publica –que "va a ser la seña de identidad de este periodo"–, la "visión europeísta" en la política exterior, el desarrollo económico sustentado en la educación y la investigación, "nuevas políticas sociales" y el "desarrollo de los derechos civiles".
Medios de comunicación públicos
Sobre los medios de comunicación públicos, anunció su intención de "liberar del control del Gobierno" tanto a RTVE como la agencia EFE "al que tradicionalmente han estado sometidos". Para ello, anunció que nombrará un Consejo "independiente de expertos" para que en el plazo de nueve meses formule propuestas, que se traducirán en leyes y estatutos, con vistas a garantizar la información "veraz" y la transparencia en el funcionamiento de los medios de comunicación públicos.
"Con ello avanzaremos claramente en la transparencia del ejercicio del poder público, garantizaremos la información veraz a la que tienen derecho los ciudadanos e incrementaremos las posibilidades de control social de la acción del Gobierno", aseguró.
Reforma estatutaria y de la Constitución
Uno de los temas que más polémica había levantado, por ser vinculante al apoyo de ERC a ZP, era la reforma de los Estatutos. El líder socialista le hizo un importante hueco en su discurso y abogó por impulsar la reforma estatutaria sólo con dos condiciones, la "Constitución y la aprobación con mayorías que tengan amplio consenso social y político". Durante la precampaña, ZP se comprometió a aprobar cualquier reforma que saliera del Parlamento catalán.
Para ello, en su intervención inicial en el debate de investidura en el Congreso de los Diputados, anunció que se reunirá antes del verano con los presidentes de todas las Comunidades Autónomas, y que lo hará a partir de entonces al menos una vez al año. Además, fijó para el último trimestre de este año la primera reunión de la Conferencia de Presidentes Autonómicos, ya anunciada e el programa electoral del PSOE, y en la que se encontrarán los jefes de los ejecutivos regionales con el del Gobierno de la Nación.
Ofreció a todas las fuerzas políticas "un consenso básico para afrontar una reforma concreta y limitada de la Constitución". Zapatero detalló que esos cambios deberían afectar a la reforma del Senado, a la no discriminación de la mujer en el acceso a la Corona, a la consagración oficial de las comunidades autónomas y de las dos ciudades autónomas como forma de organizar territorialmente el Estado y a la introducción de referencias a la futura Constitución Europea. En cuanto al derecho de sucesión a la Corona, el candidato a la Presidencia del Gobierno apostó por modificar las previsiones constitucionales y adaptarlas al principio de no discriminación de la mujer, pero "sin alterar las previsiones que afectan al Príncipe de Asturias".
Rodríguez Zapatero subrayó que la Constitución "fue obra de todos y es propiedad de todos" y reiteró su rechazo a los intentos de apropiación unilateral del texto y de un concepto del patriotismo como "la adoración formal de la Constitución como un ídolo".
Plan Hidrológico Nacional
El candidato a la Presidencia anunció "una nueva política del agua" y la "profunda reforma" del Plan Hidrológico Nacional (PHN) y las Confederaciones Hidrográficas. Explicó que la nueva política del agua" tomará en consideración "tanto" su "valor económico como el valor social y el ambiental" con el objetivo de "garantizar su disponibilidad y su calidad, optimizando su uso y restaurando los sistemas asociados".
Zapatero mantendrá "aquellas actuaciones" del Anexo de Inversiones que "resulten coherentes con la reorientación de la política del agua y priorizando las inversiones destinadas a mejorar la situación de carencia de Levante, en particular de la Cuenca del Segura". La revisión, dijo, implicará la paralización de determinadas infraestructuras y su sustitución por proyectos "más eficientes, más baratos y menos conflictivos" y se llevará a cabo "en forma concertada" con las Comunidades Autónomas. Conviene destacar que en su discurso evitó referirse directamente a la paralización de las obras del trasvase del Ebro, clave en la oposición de parte del PSOE al PHN.
"Crisis iraquí"
Sobre la "crisis iraquí", dijo que "no es su intención reabrir debates pasados" y añadió que la actual situación "se aleja cada vez más de la paz y la estabilidad". Sobre el mantenimiento de las tropas españolas en la zona, el secretario general del PSOE aseguró que España "asumirá las obligaciones internacionales que le correspondan en defensa de la paz y de la seguridad" siempre con el "requisito previo" de un mandato de la ONU o de "cualquier otra organización de carácter multinacional". Garantizó que su "Gobierno seguirá firmemente comprometido con la estabilidad, la democratización y la reconstrucción de Irak, pero no sin los iraquíes, ni contra los iraquíes". Además, señaló que "en todo caso, la participación de las Fuerzas Armadas Españolas en misiones en el exterior se acordará con la participación del Parlamento."
"Mi postura sobre la presencia de tropas españolas en Irak es bien conocida, así como sus argumentos y razones, y no cabe malinterpretarla", matizó Rodríguez Zapatero, que aseguró que no permitirá "que se ponga en cuestión nuestro firme compromiso con la seguridad internacional y en la lucha contra el terrorismo".
Guiño a los artistas, murmullos en la Cámara
Como no podía ser de otra manera, Zapatero tuvo en su discurso un generoso guiño a los artistas, que tanto han colaborado con el PSOE en la oposición. Anunció que su Gobierno trabajará en "aras de que el genio y el talento de nuestros cineastas, músicos y artistas sea disfrutado en España y fueras de nuestras fronteras". Esta afirmación provocó los únicos murmullos en la Cámara desde los bancos de la oposición, que fueron respondidos desde los bancos socialistas con una calurosa ovación. Por si hubiera quedado alguna duda, Zapatero insistió: "Sí, repito, en aras de que el genio y el talento de nuestros cineastas, músicos y artistas sea disfrutado en España y fueras de nuestras fronteras".
Concluyó su discurso de investidura en el Congreso citando el anhelo expresado por su abuelo, el capitán Lozano, en una carta escrita pocas horas antes de ser fusilado en 1936: "Un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes".