Las direcciones de los partidos catalanes se reúnen para estudiar los pactos postelectorales

L D (EFE) CiU ganó las elecciones catalanas con 46 diputados, pese a perder en votos frente al PSC, que logró 42 escaños, mientras que ERC obtuvo 23 diputados, el PP consiguió 15 e ICV-EUiA, 9.

Estos resultados permiten tanto una mayoría parlamentaria de CiU y ERC como un gobierno de izquierdas entre PSC, ERC e ICV-EUiA, ya que el espectacular avance del partido independentista de Josep Lluís Carod Rovira, que casi dobla el número de diputados respecto a 1999, le da la llave de la gobernabilidad en la próxima legislatura. En este sentido, la primera comparecencia de Carod Rovira fue para proponer, ante una eufórica militancia, un "gobierno de concentración nacional", que excluiría al PPC, y anunció que su formación "no pactará contra nadie, ni contra el catalanismo ni contra el progreso, sino a favor de Cataluña".

Por su parte, Artur Mas, flanqueado por Jordi Pujol y por Josep Antoni Duran i Lleida, proclamó la victoria de "una mayoría nacionalista en el Parlament de Cataluña", que la aritmética parlamentaria permite con ERC, con la que CiU espera liderar la aprobación de un nuevo Estatuto de Autonomía.

Pasqual Maragall proclamó, por su parte, que los ciudadanos han dado la mayoría "a las fuerzas de progreso" y se han pronunciado por "un cambio de mayorías y un cambio de gobierno", por lo que se mostró dispuesto a ser presidente de la Generalitat si puede alcanzar un pacto con ERC e ICV-EUiA, aunque contrario a incluir a CiU en este acuerdo, como apuntó Carod Rovira.

Josep Piqué, que con sus 15 escaños sumó 3 más a los obtenidos por su partido en 1999, valoró que el PPC ha dado "un primer paso importante para conseguir ocupar la centralidad política en Cataluña y ser percibido como un partido de gobierno", mientras pidió a CiU y PSC una "reflexión" por su "fracaso político".

ICV-EUiA, que ha pasado de 5 a 9 escaños y será clave para vertebrar un gobierno de izquierdas si ERC se decanta por esa posibilidad, ha emplazado a los republicanos a que no repitan el "error" que, a su juicio, cometieron en 1980, cuando dieron el gobierno a CiU y cimentaron las sucesivas mayorías de Jordi Pujol.