LAS CLAVES DEL DÍA

• El tedax encargado de desactivar la mochila de Vallecas en el parque Azorín dijo que la rediografía de la bolsa "no sirvió de nada: sale un teléfono y una maraña de cables, todo muy oscuro".
• La bomba no podía explotar "porque había un error incomprensible: los cables, los empalmes, no estaban encintados, no llevaban cinta aislante".
• Declaró que "da la sensación de que alguien elaboró" el sistema del móvil "muy ingenioso", que "no cuadra con la pequeña chapuza de no encintar los cables", que cree lo hicieron "otras manos".
• En la comisaría de Vallecas los funcionarios le dijeron "taxativamente" que la mochila procedía "directamente" de El Pozo y no mencionaron que pasase por Ifema.
• La bomba era "absolutamente diferente" y "muy curiosa". No se corresponde con la de "otros grupos terroristas autóctonos. "Pensé en todo momento que estaba trampeada la bomba", concluyó.

• El operador número 3 de los Tedax que también estuvo en el parque Azorín cuando se desactivó la mochila de Vallecas dijo, sin embargo, que en la radiografía había dos "rabizas sueltas", que es la causa de que no pudieron explotar. Las rabizas son los claves que debían conectar el iniciador, el teléfono móvil, con el detonador. En este caso las rabizas salían del teléfono pero no llegaban al detonador. Aunque matizó que lo apreció después.

• Abrió la Kangoo con una palanqueta. Tras una "inspección visual exterior" en la que no advirtió "ningún elemento extraño", ni "cerraduras forzadas" ni "nada manipulado en los bajos". "Es posible que hubiera objetos" pero nada le "llamó la atención".

• "Estaba donde relativamente no había pasado nada", apartada de los otros bultos que se agrupaban en torno a los vagones 4 y 5, los que habían explotado.
• Esa mochila, "como todas", se abrió y, según ha declarado, los cables "no estaban encintados". El teléfono que contenía la bolsa estaba apagado.

• El segundo guía canino que inspeccionó la furgoneta de Alcalá declaró que su perra estuvo más de cinco minutos en la parte trasera de la furgoneta sin detectar nada.
• La perra no accedió a la zona de asientos porque "no había nada que infundiera sospecha".
• Dijo que la perra "hubiera detectado" el explosivo si en la furgoneta se hubiesen trasladado 50 o 60 kilos de explosivos, aunque estuviera envuelto en una bolsa de plástico y dentro, a su vez, de una mochila.
• Como el otro guía canino que declaró el miércoles aseguró que su unidad realizó dos servicios con el "intervalo de tiempo suficiente" para "poder descansar". Concretamente desde su último servicio –realizado en la estación de Chamartín– hasta la inspección de la furgoneta transcurrió "una hora y media".

• Dice que el explosivo localizado en la mochila no explosionada de Atocha se parecía por el color "a la GOMA 2 ECO" .

Luis Garrudo, portero de la finca de Alcalá de Henares

• Es el conserje de la finca de Alcalá de Henares situada en las cercanías de la estación de tren de esta localidad. La mañana de los atentados vio a tres personas en la furgoneta Kangoo. Le llamaron la atención porque uno de ellos estaba "totalmente tapado" y "no hacía mucho frío". Los otros dos estaban dentro, creo que uno se estaba poniendo un gorro".
• Declaró que "el que estaba fuera llevaba dos bultos: un bolso en la mano y otro en el hombro. Ese se dirigió a los trenes". Aunque luego reconoció que no lo vio entrar en la estación. "Esa no era mi misión", se justificó.
• A pesar de afirmar que el sospechoso "estaba totalmente tapado" y los otros dos permanecían en la furgoneta que estaba alejada de donde él se encontraba dijo que tenían la "tez bastante clara".
• No pudo observar el interior de la furgoneta. "Ni se me ocurrió acercarme", afirmó. Pero sí estaba presente cuando los agentes inspeccionaron la Kangoo y señaló que no les vio hacer fotografías de la furgoneta. Tampoco vio nunca en las inmediaciones el Skoda Fabia.

• El policía municipal, Jacobo Barrero, quien encontró la mochila en uno de los trenes de la estación de El Pozo ratificó que contenía "un teléfono móvil, cables rojos y negros y debajo un recipiente de plástico anaranjado". La mochila era de color negro. La sacó del vagón y la dejó en un sitio seguro. "En el andén, al lado de la pared". Se trata de la mochila que sufrió una profunda transformación para que fuera idéntica a la que apareció en Vallecas.
• El policía dijo que comunicó el hallazgo de la mochila a un policía nacional (motorista) que se hallaba en el andén y a unos hombres que se identificaron verbalmente como Tedax que estaban en una furgoneta Citröen C-15 blanca camuflada. El agente no les pidió que le enseñaran sus placas porque se encontraban dentro del cordón policial y para estar allí se tenían que haberse identificado previamente.

• El Tedax observó en la mochila un "teléfono móvil, cables de detonador y una bolsa de plástico azul traslúcido con una masa de color blanquecino en el interior".
• Declaró que "no fue posible encontrar nada tras la explosión. No se encontró nada. La explosión fue completa y no quedaron restos".
• Además, es el tercer Tedax que contradice a su jefe Sánchez Manzano. Afirmó que no supo de qué explosivo se trataba y aseguró que "nunca había hecho prácticas con Goma 2 ECO ni ninguna actuación con este explosivo".

• Acudió a El Pozo donde dijo que vio dos mochilas. Una cerrada, por lo que no pudo hacer un examen visual de su interior. Y otra en al andén, cerca del muro, que presentaba una apertura. Por el orificio observó "una bolsa de basura azul cielo y encima un teléfono, Trium de estos, aplatanado". Fue entonces cuando avisó a los Tedax.
• Especificó que no habló con ningún agente de la policía municipal ni nadie le comunicó antes de ver la mochila que se había encontrado un artefacto sin explosionar en ese tren, si bien no negó la posibilidad de que su compañero recibiera alguna comunicación al respecto.