La Guardia Civil continúa las investigaciones alrededor del atentando de ETA que costó el jueves la vida a los agentes Carlos Saenz de Tejada y Diego Salvá en la localidad mallorquina de Calviá. Las pesquisasapuntan a que el grupo de ETA colocó el miércoles por la noche las dos bombas-lapa en sendos vehículos del Instituto Armado y las programó para que estallaran al día siguiente.
Los artificieros lograron fotografiar la segunda bomba antes de explotarla de forma controlada y comprobaron que era una lapa que se activa al movimiento del vehículo, siempre a partir de que se agote el tiempo programado en el temporizador, informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
El hecho de que Saenz de Tejada y Salvá circularan con el vehículo oficial sin que se activase la bomba se debe a que el temporizador estaba activado para liberar el dispositivo de movimiento a partir de una determinada hora de la mañana del jueves. De esta forma, los terroristas habrían colodado las dos bombas-lapa programadas para estallar al día siguiente, con tiempo de sobra para abandonar la isla de Mallorca.
Las bombas estarían compuestas por al menos dos kilos de un potente explosivo, aún por determinar. El hecho de que el coche de los dos agentes fallecidos estuviera aparcado sobre el asfalto provocó que la onda expansiva rebotase en el suelo y se proyectase violentamente hacia arriba. En el atentado del miércoles contra la casa cuartel de Burgos, la onda expansiva provocó un enorme cráter, de hasta dos metros de profundidad, al estar aparcada la furgoneta-bomba en descampado de tierra.
Otra innovación en el "modus operandi" de ETA es la forma en la que los terroristas adosaron la bomba-lapa a los bajos de los coches. Las fotografías realizadas por los miembros del Grupo de Especialistas en Desactivación de Explosivos (Gedex) de Guardia Civil muestran cómo prescindieron de los habituales imanes y asieron con bridas de plástico la segunda bomba-lapa al vehículo, que se encontraba en desuso desde hacía más de un mes.
La insistencia de uno de los perros, clave
Las fuentes consultadas por Europa Press señalaron que la segunda bomba-lapa había sido muy bien escondida para evitar que los agentes pudieran detectarla en una rápida comprobación visual. De hecho, una primera inspección de este segundo vehículo, aparcado junto al viejo cuartel de Calviá, no ofreció ningún resultado, pero un perro del Instituto Armado marcó que en ese todoterreno había escondida una bomba, por lo que los agentes insistieron hasta localizarla en los bajos del todoterreno.
Precisamente, tras el asesinato de Eduardo Puelles en Bilbao el pasado 19 de junio, la Policía Nacional emitió una circular interna en la que advertía a sus agentes que los terroristas de ETA había modificado en el atentado contra el comisario bilbaíno la forma de colocar las bombas-lapa en los bajos de los vehículos, de forma que la nueva ubicación las hacía casi invisibles a los procedimientos habituales de búsqueda que siguen las Fuerzas de Seguridad y las personas amenazadas por ETA.
En la circular, a la que tuvo acceso Libertad Digital, se dice que la única forma de detectar las bombas-lapa en su nueva colocación –siempre hablando del atentado de Puelles–, junto al depósito de gasolina, sería subiendo al vehículo a un foso como los que se tienen en los talleres de reparación de vehículos. De hecho, en la misma, se incluían dos imágenes de cómo se verían los bajos del coche en una inspección visual rutinaria, donde no se observa nada, y una tercera, con el vehículo subido en un foso, en la que ya sí se observa el paquete de explosivos.
(Inspección visual de los bajos del vehículo)
(Inspección en foso de los bajos del mismo vehículo)
En la misma circular se incluyen nuevas medidas de seguridad a adoptar a la hora de utilizar los vehículos profesionales o personales para en caso de ser sorprendidos por una bomba-lapa, colocada con el nuevo "modus operandi", el daño personal sea el menos posible.
Pese a que no ha trascendido cuál era la ubicación exacta de las bombas-lapa en los dos coches patrulla de Calviá, si parece quedar atestiguado que los terroristas de ETA están modificando sus pautas de colocación de artefactos explosivos en los vehículos.