Si el ataque de coherencia le hubiera dado a Antonio Gutiérrez el día en que se votaban los recortes presupuestarios, cuando el gobierno sacó adelante la congelación de las pensiones de los jubilados por un solo voto, la "molestia" habría estado al altura de la nuez del Sr. Presidente. Dudo mucho -o mejor, no dudo para nada- que el Maquiavelo de León hubiera tragado entonces con los principios socialistas y sindicales del exsecretario general de CCOO, expresados de manera tan inconveniente para el ansia zapateril por permanecer aún dos años en la Moncloa. Pero claro, el Sr. Gutiérrez sabe bien cuándo le conviene hacerse notar y cuándo es mejor diluirse entre la masa de los genuflexos.
No olvidar lo inolvidable. Esta visto que el "pesebre" funciona "discrepo pero la voto". Estaran contentos estos "diputados", por llamarles de alguna forma, para mi son "estomagos agradecidos". Lo primero es la dignidad de la persona y cuando esta se pierde, no queda nada. ¿ Para cuando las listas abiertas?. estamos hartos de los "profesionales de la politica", que se venden por un plato de lentejas, pero, amigo, menudo plato de lentejas.