Ninguno de Vds. de los que no estan de acuerdo con Rajoy dan un paso al frente y dicen realmente lo que piensan.
En el partido se esta calentito y fuera hace mucho frio y todo porque Mariano hace las listas, que es lo que le da el poder.
Hacen de la politica una profesion y asi nos va.
Pues sí, es cierto, basta ya de consentir todo y aqui no pasa nada. Zapatero y su "coral", con vedettes incluidas, a su casa.
Yo no soy un político y, menos, un político profesional o de partido; si lo fuera sería muy otra mi situación personal. Pero aunque no me dedique ni me haya dedicado a la política, no significa que no haya dedicado muchas horas a leer y a meditar sobre el pasado, el presente y, sobre todo, sobre el futuro de esta desventurada España.
1º.- Aunque como a tantos, a mí me parecía imposible que llegáramos a la situación a la que hemos llegado, es del todo evidente que hemos llegado a ella. No es el momento de analizar los errores que nos han conducido a tan lamentable situación, aunque sí de señalar a su máximo responsable, que no es otro que Zapatero. Tengo entendido que una de las más destacadas cualidades que debe poseer un político- yo, como he dicho, no lo soy-, es la de no aferrarse a lo imposible. Y dada la inequívoca intención de los políticos catalanes de convertir al resto de España en una colonia en donde colocar sus productos, sin que ello les suponga obligación alguna hacia el resto del país que colonizan, es hora de invitarles a que se marchen de España, dado que las condiciones que ellos quieren imponernos para su simbólica permanencia en ella, no nos convienen al resto de los españoles. Prolongar la presente situación que nos está desgarrando, sin que se aviste salida alguna que no pase por la redención a las exigencias de esos políticos, es absurdo. Tal rendición sólo serviría para alentar mayores exigencias, pues sus propósitos, -no hay que engañarse-, no son conciliatorios, dado que plantean el presente conflicto como una guerra en la que la parte contraria tiene que ser derrotada.
2º.-Aunque sabemos que desde el menguado Borbón que preside la fantasmagoría a la que hoy asistimos, así como muchos de los traidores que la han provocado, -el más destacado, vuelvo a insistir en ello, es Zapatero-, estarían dispuestos, para mantenerse en el poder, a seguir una ficción que en verdad no conduciría a ninguna parte, no deja de ser útil, por lo que ello pueda servir de estímulo para que otros más capacitados se planteen estos problemas, reflexionar sobre la situación que nos plantearía la posible secesión de Cataluña, así como las de otras regiones españolas. Porque tal eventualidad, que sería el fin de España tal como hoy la conocemos, abriría un proceso de consecuencias incalculables.
3º.- Estaríamos ante un pueblo completamente envilecido, si se resignara a desaparecer de la historia sin que produjera una reacción ante tan desalentadora posibilidad. Es cierto que las televisiones y los demás medios de comunicación, con el diario “El País” a la cabeza, los “intelectuales” orgánicos y todos aquellos que se benefician del régimen semi-dictatorial que padecemos, han logrado cegar a un pueblo que se creyó durante unos años que vivía en el mejor de los mundos. Al mismo tiempo el gobierno, con todos los recursos del poder, ha logrado neutralizar o acallar toda voz crítica. Pero la esperanza es lo último que se pierde; por ello, a pesar del estado catatónico en que se encuentra España, es de esperar que de “el fondo macizo de la raza” surjan los hombres que la situación requiere.
4º.- Antes de proseguir mi análisis, creo conveniente referirme a las enseñanzas que se pueden extraer de la revolución iraní, sin que ello signifique la menor simpatía hacia el régimen ahora vigente en Irán. Pero se puede señalar algunos puntos positivos que podríamos aplicar en el futuro. Veamos.
La revolución iraní puso fin a una monarquía corrupta, y envió al sah al exilio. Algo igual tendremos que hacer aquí con los Borbones. En segundo lugar, la revolución iraní hizo rodar cabezas, no en sentido figurado, sino real. Cosa que habrá que hacer aquí, aunque ello resulte doloroso. Aquí, por ejemplo, hemos asistido, y a todos los niveles, a la mayor corrupción de nuestra historia. Nadie ha devuelto nada de lo que ha robado. La justicia es una ficción. Se ha envilecido a nuestras Fuerzas Armadas en misiones absurdas, al par que se colocado a su mando a los generales más incapaces y serviles, generales que ni siquiera han leído la Constitución. Se ha impedido sin escrúpulo alguno, aclarar el más sangriento atentado de nuestra historia. Los partidos políticos, dirigidos por verdaderos facinerosos, así como los sindicatos, cómplices todos en el expolio que padece España, se han constituido en una nueva casta dominante y parasitaria. Y no sólo no solucionan los problemas pendientes, sino que crean otros nuevos, cada vez más enconados.
4º.- Es de suponer que pase lo que pase, lo que quede de España mantendrá una porción considerable de lo que hoy constituye su territorio. No creo que sea necesario extenderse en ello, pero esa porción del territorio español tendrá salida a los mares a los que hoy lo tiene. Y que no faltarán recursos para construir una nueva economía, así como tampoco el material humano para ello. Pues bien, contando con esa territorialidad y con la voluntad de sus habitantes para seguir siendo españoles, se pueden contemplar diversas salidas.
5º.- Es evidente que ni la Monarquía ni los gobernantes actuales podrán seguir en sus puestos. Al Monarca se le permitirá salir de España, junto a su familia y toda su fortuna, sin que se permita el regreso en menos de veinte años a ninguno de sus componentes. Se abolirán de inmediato los estatutos de autonomía, sin que ello signifique que se renuncia, en su momento, a devolver parte de sus competencias a las regiones, en un estado descentralizado.
6º.- Sea cuales fueren sus dimensiones, esos cambios deben tener un carácter revolucionario, jacobino, claramente nacionalista español. Se crearán tribunales revolucionarios con las funciones que son propias de estos tribunales, restaurando la pena de muerte para los incursos en crímenes de alta traición, y aplicándola. Se depurarán la Judicatura, las Fuerzas Armadas y las de Seguridad. Se respetará, por supuesto, la propiedad privada y actual sistema económico; sólo se procederá a la confiscación de los bienes de algunos notorios traidores, a los que se expulsará de España.
7º.- Consecuencia de lo anterior, se instaurará una República de nuevo cuño, que no tiene necesariamente que considerarse heredera de la segunda, tan desastrosa. Algunos símbolos actuales como la bandera serán respetados, aunque se creará un nuevo himno nacional con la letra más adecuada.
8º.- Se romperá todo tipo de relaciones económicas e incluso diplomáticas con las regiones traidoras, con una política exterior de clara beligerancia hacia ellas. En un futuro, en un plano de absoluta igualdad y si ello conviene a nuestros intereses, se establecerá algún tipo de relación de carácter económico, no sin que antes hayan indemnizado a España por los privilegios económicos que han gozado.
9º.- Un gobierno provisional, de neto carácter español, convocará elecciones para elaborar una nueva Constitución republicana. Así como una ley electoral más sensata que la actual. El nuevo estado será de carácter aconfesional, por lo que estarán prohibidos todos los partidos de carácter religioso. Esta misma prohibición alcanzará a los partidos de carácter regionalista. Se limitará igualmente la duración del mandato de los máximos dirigentes, tanto nacionales como regionales, así como los de carácter representativo.
En fin, que otros con más inteligencia, formulen desde ahora, previsoramente, cuáles son sus propuestas.
Aunque Rajoy adoptara ahora -empujado por las encuestas, claro- un discurso más incisivo nadie le creería. Alguien que ha dicho una cosa y hecho la contraria, y que carece de convicciones firmes salvo que le gusta el poder, no inspira confianza.
Lo único que explica que Zapatero no haya convocado todavía elecciones anticipadas, es darle tiempo a Rubalcaba para que saque con SITEL todos los trapos sucios que puedan necesitar para la campaña.
Sr. Vidal Cuadras, ahora puede hablar y actuar, ya tiene su escaño en el parlamento europeo, y por mucho que amenace Rajoy de que hace las listas, a Vd. no puede moverlo, ha pasado el tiempo de estar callado, salga por sus fueros y defienda a Cataluña frente a los nazionalismos radicales que la quieren apartar de España.
Somos muchos que le votabamos cuando dirigía el PPC. fué la época que se consiguierón los mejores resultados de toda su historia,.
Es el momento de hablar claro y alto y de cuestionar el liderazgo de Rajoy a través de un Congreso extraordinario que debe celebrarse lo antes posible para frenar la deriva en la que estamos inmersos y de la que Marianin nunca nos sacará, solo pretende llegar a La Moncloa y ahora ya no importa el precio a pagar.
Lo de Rajoy no es prudencia, sino cobardía. Es un intentar pasar desapercibido, a ver si el contrario te confunde con uno de los suyos.
Hace unos días, Vidal Cuadras le pidió a Rajoy que actuase. La respuesta de éste, fue un silencio cobarde que evidencia su condición de traidor a España.
Despues de eso, le vuelve a pedir más contundencia. Si es que hay algunos que no se quieren enterar quien es en realidad Mariano Rajoy Brey.
Saludos.
Hablemos claro Sr. Quadras: Mariano Rajoy es un traidor a los principios tradicionales de su partido y a sus votantes. Tras esta premisa, ahora matizamos lo que usted quiera.
!Sí señor! Con dos cojo.es. A ver si El Prudente Solemne se entera de algo. ¿Cómo vamos a votar a un partido que no sabemos por dónde va a salir?
El PP puede ganar o perder las elecciones, eso depende de lo que estimen oportuno los votantes, que los hay listos, menos listos, tontos y completamente tontos, y votarán al PP, o no, si les parece bien lo que este partido propone y los candidatos sudan la camiseta y hacen todo lo posible porque la gente se entere de lo que el PP quiere hacer. Pero, desde luego, si no propone nada, si no defiende nada, si no se explican, ¿cómo esperan que la gente opte por su propuesta?
Saludos.