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La portavoz socialista en Marbella revela que el PSOE aún no le ha notificado su expulsión

Parece que el PSOE no actúa en Marbella como en Madrid, donde expulsaron a Tamayo y Sáez automáticamente. Según Isabel García Marcos, portavoz del PSOE en Marbella, su partido se precipitó al anunciar un expediente a sus concejales si no se apartaban de la moción de censura. Por lo pronto, ni siquiera les han notificado su expulsión.

L D (Nacho G. Mostazo) Isabel García Marcos, portavoz del PSOE, y Carlos Fernández, portavoz del Partido Andalucista, han protagonizado una rueda de prensa en Marbella en la que han revelado detalles importantes sobre la “trama” del GIL y también sobre los hechos relativos a la moción de censura que firmaron y presentaron el pasado viernes. Dicha moción contó con el apoyo inicial de los cinco concejales del PSOE, los tres del Partido Andalucista y ocho ediles del GIL que se apartaron de su formación. Sin embargo, dos de los concejales del PSOE se retiraron de la misma el sábado, aunque la moción sigue adelante porque aún cuenta con un apoyo mayoritario para sacar de la alcaldía al actual regidor, Julián Muñoz. En la rueda de prensa, García Marcos y Fernández han defendido que la moción de censura es la única forma "de garantizar la regeneración democrática" en el consistorio marbellí.

Según dijeron, tras darse cuenta de que el GIL estaba dividido, decidieron movilizarse para poner en marcha una moción de censura y, además, lo hicieron apresuradamente porque "había que evitar el tema de los maletines", según dijo Fernández, dejando entrever que ni siquiera confiaban en sus propios concejales ni en los del GIL que iban a apoyar la moción, al entender que esos maletines podrían haber comprado algunas voluntades impidiendo que se llevara a cabo la presentación de la moción de censura. En el mismo sentido, la portavoz socialista, Isabel García Marcos, añadió que en la presentación de la moción hubo "rapidez y agilidad, pero no precipitación" y justificó esta forma de actuar porque la situación "es muy grave" y porque el alcalde, Julián Muñoz, "se cuelga del teléfono y se pone a hacer ofertas", redundando en la misma sospecha.

El portavoz del Partido Andalucista, Carlos Fernández, también ha explicado que en la moción "se incorporan dos partidos democráticos" al gobierno municipal y "desaparece" el grupo del GIL y la presencia en política de su presidente, Jesús Gil, dos de las condiciones que se impusieron para firmar el acuerdo con los ocho ediles del GIL que se rebelaron contra el alcalde, Julián Muñoz. El concejal andalucista, que reconoció que cuenta con el respaldo de su partido, dijo también que otro de los compromisos del pacto es introducir "cambios urgentes" en la política urbanística de Marbella, que será dirigida por los tres partidos y contará con la tutela de la Junta de Andalucía.

Por eso el edil del Partido Andalucista pidió al secretario de Política Municipal del PSOE, Álvaro Cuesta, que "venga y conozca el acuerdo" porque "no se puede opinar desde la lejanía", y también le pidió que "cesen los insultos, las amenazas y las coacciones" por parte del PSOE. "Si no ven con buenos ojos la moción, que den soluciones", insistió Fernández. Por su parte, la portavoz del PSOE pidió "rigor y serenidad a la clase política" y que "cojan el toro por los cuernos y hablen de lo que toca hoy, no de lo de antes de ayer, que siempre llegan tarde". Sobre las críticas vertidas por el PSOE a la firma del pacto para sacar a Muñoz de la alcaldía, García Marcos dijo que su partido "reaccionó con precipitación y con poco conocimiento de las cosas", pero "una vez que conozca la situación, bajará la presión, como ha hecho ya".

En este sentido, Isabel García Marcos explicó que esa presión ya ha bajado, entre otras cosas porque su partido ni siquiera le ha notificado todavía la suspensión cautelar de militancia y la apertura de un expediente para expulsarla del partido , como venían amenazando desde el viernes José Blanco, secretario de Organización, y Álvaro Cuesta, secretario de Política Municipal del PSOE, apoyándose en el argumento de que la actitud de sus concejales va en contra del Pacto Antitransfuguismo. Esta circunstancia parece demostrar que el PSOE puede haber aprendido la lección tras la espantada de Eduardo Tamayo y Maite Sáez en la Asamblea de Madrid, el pasado 10 de junio. Estos dos diputados fueron expedientados de inmediato sin que el PSOE atendiera a razones, como reiteradamente pidió el propio Tamayo, lo que cerró cualquier puerta a una posterior negociación interna para reconducir la situación.

En el caso de Marbella, como reconoce la propia García Marcos, aún no le han notificado su expulsión, ni la de los otros concejales socialistas que apoyaron la moción de censura, lo que podría venir a demostrar que en el PSOE pretenden reconducir la situación de alguna manera. En este sentido, Isabel García Marcos también ha desvelado que ha pedido "amparo" a José Luis Rodríguez Zapatero y a Manuel Chaves para que "dejen de hacerse determinados comentarios" desde el PSOE y que ha solicitado a la Comisión de Ética de su partido que "investigue las presiones que hemos tenido en los últimos tiempos", a raíz de la moción de censura.

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